
La píldora sólo podrá administrarse "en el marco hospitalario" y "antes del día 49 de embarazo, es decir, antes de la séptima semana", precisó tras la reunión Giovanni Bissoni, uno de los miembros del consejo de administración.
La RU-486 —una píldora diferente a la llamada 'píldora del día después' o Norlevo, comercializada en Italia desde 2000— permite no recurrir al aborto quirúrgico e interrumpe por la vía química los embarazos no deseados inferiores a cinco o siete semanas (dependiendo del país en el que se receta la píldora).
Además de la Iglesia católica, que defiende los "derechos" del embrión "desde su concepción", la derecha italiana y varios miembros del gobierno de Silvio Berlusconi eran reticentes a la comercialización de la RU-486.
El presidente emérito de la Academia pontificia por la Vida del Vaticano, monseñor Elio Sgreccia, había prometido este jueves "la excomunión para el médico, la mujer y todos aquellos que impulsen la utilización" de la RU-486. La píldora "no es un medicamento sino un veneno mortal", declaró a varios medios.
"Se toma una decisión como si se tratara de cualquier fármaco contra la fiebre y no un instrumento para suprimir una vida, incluso si se encuentra en su estado inicial", declaró por su parte el subsecretario de Interior, Alfredo Mantovano.
"Es el triunfo de la cultura de la muerte", afirmó en un comunicado el dipudaro de UDC (centro-derecha), Luca Volonté.
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