Hoy, 29 de Julio, la Iglesia se viste de gala para celebrar la fiesta de SANTA MARTA, quien muriera santamente en el siglo I. Nacida en la época del nacimiento de Cristo, en Betania, Palestina, fue su discípula, hermana de San Lázaro y de Santa María de Betania. En el siglo XII la Iglesia de Francia edificó en Tarascona de Provenza una iglesia en su honor, en la que se conservarían sus reliquias, en un sarcófago de piedra decorado. Unidos, pues, a esta Iglesia y a cuantos hacen de su vida un servicio práctico a los demás, brindemos nuestro vivo aplauso a Santa Marta.
Meditación
El primer recuerdo que me viene en mente es mi casa de Betania, donde vivíamos con mis dos hermanos, Lázaro y María. En esta casa, tantas veces se abrieron las puertas a nuestro amigo predilecto, que venia con frecuencia a comer o a dormir: era Jesús. Yo trataba de atenderlo lo mejor posible, ofreciéndole mis comidas, alguna bebida, una cama ordenada y limpia. Tantas veces me enojaba con María porque cuando el venia , se dedicaba solo a escucharlo y me dejaba todos los quehaceres a mí. Hasta que un día me desahogue ante Jesús y le dije: ¿no te parece mal, que mi hermana me deje sola con todas las tareas de la casa? Jesús, con la calma que le era propia, me respondió: "Marta, Marta, tu te preocupas de muchas cosas, andas inquieta y afanada, pero solo una cosa es importante y esa la ha escogido tu hermana María". Me sorprendió una vez más. Días después cuando Lázaro se enfermó mande a llamar Jesús, pero cuando Él llegó, mi hermano, ya había muerto. Otra vez no pude con mi genio y le dije: "Señor si tú hubieses estado aquí mi hermano no habría muerto". Pero recuerdo también, que ante su respuesta, no dude en responderle: "Sí, yo creo que tu eres el Cristo, el hijo de Dios, que debe venir al mundo".
Marta: Es una de las más bellas profesiones de fe que encontramos en el evangelio. Gracias e intercede por nosotros.
Radio Vaticano
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