El Sínodo sobre la Palabra de Dios, que se llevó a cabo en Roma el octubre pasado, tuvo una marcada dimensión ecuménica. Lo ha recordado en Nueva York su secretario general, el arzobispo Nicola Eterovic.
Monseñor Eterovic, ha querido remarcar el crecimiento en el diálogo entre la Iglesia Católica y la comunidad episcopal, que valora y se interesa por las preposiciones sinodales. También ha alabado la misión de la American Bible Society para difundir la Biblia y preocuparse por la promoción de la unidad entre los cristianos.
Después de explicar la dinámica de un Sínodo, su información y sus lógicas internas, el arzobispo ha hecho hincapié en la gran importancia que tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI han dedicado a la cuestión del ecumenismo. Así, Monseñor Eterovic, ha querido recordar que en el Sínodo, las delegaciones ecuménicas, no fueron llamadas "observadores", sino que por primera vez se les denominó como delegaciones.
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