RD/Agencias
Viernes, 31 de julio 2009
Viernes, 31 de julio 2009
Los Príncipes de Asturias han rendido hoy tributo a los guardias civiles Carlos Saenz de Tejada y Diego Salvá, asesinados por ETA, en un funeral, en el que el arzobispo castrense ha animado a no caer en el desánimo frente al "totalitarismo nunca justificado" de la banda terrorista.
Las dos últimas víctimas mortales de ETA han recibido un emotivo homenaje en esta ceremonia fúnebre, oficiada en la Catedral de Palma de Mallorca por el arzobispo castrense, Juan del Río, al que también han asistido los Duques de Palma, la Infanta Elena, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y una nutrida representación autoridades regionales y locales.
En la homilía el arzobispo ha rendido tributo a los dos jóvenes, "asesinados vilmente por la hiriente crueldad de la salvaje estrategia terrorista de ETA", que intenta amedrentar y someter a los españoles a "su totalitarismo, intrínsecamente perverso y nunca justificado".
Pese a las dificultades propias de la lucha contra el terrorismo, "no debemos dejarnos caer en el desánimo", ha subrayado Juan del Río, acompañado del obispo de Mallorca, Jesús Murgui, antes de afirmar que "la última palabra de este combate" no la tienen "los hijos del terror", sino quienes, como los dos jóvenes asesinados, trabajan por la paz, la justicia y la decencia en la sociedad.
La entrada de los féretros en la catedral fue recibida por los palmesanos con un contenido silencio, roto sólo por aplausos y vivas a la Guardia Civil y a los Príncipes.
El funeral por los dos guardias civiles asesinados ayer por ETA en Calvià ha comenzado minutos antes de la una de la tarde. Los Príncipes de Asturias presiden el acto, oficiado por el arzobispo castrense, monseñor Juan del Río Martín, acompañado por el obispo de Mallorca, monseñor Jesús Murgui, en la Catedral de Palma. Los Duques de Palma, la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín, y la Infanta Elena también están presentes, junto a otras autoridades.
Más de 2.000 personas se han congregado en la Catedral para arropar la llegada de los féretros de los dos agentes. En la puerta del templo, los Príncipes han sido recibidos por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, el presidente del Gobierno balear, Francesc Antich, el lehendakari vasco, Patxi López, y la presidenta del Parlament balear, Maria Antonia Munar, y el delegado del Gobierno en las Islas Baleares, Ramón Socías. López ha condenado ante los medios el atentado y ha mostrado su rechazo a ETA como jefe del Ejecutivo vasco. "Que no se juzgue a todos los vascos por la actuación de unos pocos", ha afirmado.
El numeroso público que hay dentro y fuera de la catedral ha aplaudido en numerosas ocasiones y ha lanzado vivas a la Guardia Civil al paso de miembros del instituto armado y de la familia de los dos agentes muertos.
La catedral de Palma se encuentra frente al Palacio de la Almudaina, residencia oficial de los Reyes en Mallorca, donde esta mañana se ha habilitado la capilla ardiente de los jóvenes guardias civiles, que ha sido visitada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente del PP, Mariano Rajoy.
Zapatero y Rajoy, en la capilla
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, han llegado minutos después de las nueve y media de la mañana a la capilla ardiente en Palma de Mallorca de los dos guardias civiles Diego Salva Lezaún y Carlos Sáenz de Tejada.
La capilla ha quedado abierta a las nueve de la mañana en el Palacio de la Almudaina, donde se han concentrado decenas de personas y periodistas. Tras permanecer unos 50 minutos en el interior, ambos líderes han salido entre los aplausos de los asistentes. El presidente ha impuesto a los dos agentes la Cruz de Oro al Mérito de la Guardia Civil.
Zapatero ha llegado en un coche acompañado por Rubalcaba. A continuación, Rajoy en otro vehículo, acompañado de la presidenta del PP balear, Rosa Estarás, de Basagoiti, y del responsable de Justicia del PP, Federico Trillo. Minutos antes lo han hecho los duques de Palma y la infanta Elena. Tras la visita de las autoridades, decenas de personas han entrado en la capilla ardiente para despedir a los cádaveres de los dos agentes, que están acompañados por sus familiares.
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