A María López Vigil la conocí en Madrid, cuando ambos trabajábamos, mesa con mesa, en la revista Vida Nueva. Era una periodista muy inquieta y comprometida de origen cubano. Luego se fue a vivir en la frontera, en los países centroamericanos. Junto a su hermano Igancio, ex jesuita y radiofonista, lanzaron una serie de guiones radiofónicos muy polémicos titulados Un tal Jesús, que tenían una cualidad: acercar al pueblo, en un lenguaje sencillo y latinoamericano, un rostro de Jesucristo asequible y desmitificado.
Al cabo del tiempo, cuando yo dirígía la citada revista, me llegó la noticia de que a María la habían encarcelado en El Salvador. Puse en movimiento todos mis contactos periodísticos e hice unas declaraciones en Radio Exterior de España defendiendo a la periodista, como española, pues tenía también nuestra nacionalidad y porque temía por su vida o porque fuera torturada. María había denunciado valientemente los asesinatos del pueblo anónimo de El Salvador. Afortunadamente -luego me enteré que sus carceleros le citaron mis declaraciones- algo debí contribuir a su liberación.
Ahora me llega la noticia de que los hermanos Vigil acaban de lanzar otro polémico programa de radio-libro, titulado Otro Dios es posible. Esta vez se atreven a entrevistar a Jesucristo no sólo sobre su vida y doctrina, sino además sobre temas actuales que el no trató en vida: el divorcio, el aborto, la eutanasia, etc. Es más, con un sentido muy democrático, han colgado esas entrevistas en Internet al alcance de todos, tanto transcritas como grabadas en audio. Podéis imaginar las ampollas que están levantando cuando la gente oye decir a Jesús que no nació virginalmente o que no condena a los homosexuales. Sin embargo algunos teólogos, como el obispo Casaldáliga, las han alabado de forma contundente.
Yo no comparto al cien por cien las tesis de los hermanos Vigil, sobre todo porque no creo que sea necesario un estilo desgarrado ni radical para reivindicar la autenticidad del mensaje evangélico, pero pienso que a veces la única manera de despertar a la gente es provocar y zarandear las conciencias. Os recomiendo que oigáis algunas de esas entrevistas y situándoos en la cultura latinoamericana, opinéis sobre ellas. Ahora María trabaja en Managua, siempre como comunicadora, como jefe de redacción de la revista Envío de la Universidad Centroamericana. Mando desde aquí un abrazo y mi enhorabuena a los dos hermanos por su libertad y coraje.
Tenéis una entrevista con María en la revista Mensajero.
He aquí un parrafo de un artículo que María López Vgil ha escrito explicándose:
“En nombre de ese Dios, Jesús fue feminista: acogió a mujeres en su grupo y les dio autoridaden la comunidad de varones. No habló contra los guerrilleros de su tiempo, aunque propuso lano violencia como camino y habló siempre de anteponer el amor y la compasión al odio y a lavenganza. No dijo una sola palabra contra los homosexuales y sí muchas y muy fuertes contra sacerdotes, gobernantes corruptos y fariseos, la secta fundamentalista de los “elegidos” deentonces. Destacó el valor sagrado de la sexualidad, cuestionando el abuso de los hombrescontra las mujeres, desde las miradas acosadoras hasta las machistas leyes de divorcio de su tiempo.No se impuso, propuso, rechazó el poder como ejercicio de arbitrariedad y proclamó el poder como responsabilidad con la vida y como servicio a los demás. Propuso permanentemente virtudes entendidas culturalmente como femeninas y por eso menospreciadas: el amor, lacompasión, la ternura, el cuidado amoroso. Apasionado por la justicia que no veía ni en su patria ni en el mundo que conoció, luchó denodadamente por hacerla realidad en mentes y en corazones, seguramente soñando que ideas tan novedosas servirían de inspiración paraconsolidar lo que él llamó “el reino de Dios”: comunidades de creyentes basadas en laequidad, el servicio, la justicia y la búsqueda de la paz. Fracasó en su empeño. Muy pronto fue perseguido y finalmente fue torturado y asesinado por la casta sacerdotal y el imperio romano. Su muerte y su fracaso, como el de tantos otros y otras, antes y después, fue sólo semilla. La fe cristiana que nació en el Jerusalén de hace dos mil años afirma: pasó haciendo el bien, tenía razón en todo lo que dijo y en todo lo que hizo, y por eso, como evidencia, Dioslo levantó de entre los muertos y está vivo”.
Pedro Miguel Lamet
El alegre cansancio
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