Tuesday, July 07, 2009

Entrevista al cardenal Martini

Eugenio Scalfari, fundador del periódico La Repubblica ha realizado una entrevista al Cardenal Martini persona de gran prestigio en la Iglesia y especialmente en Italia ya que fue arzobispo de Milán


El periodista se presenta como un hombre que no cree en Dios que es el título de un libro que ha publicado recientemente. Si trataba de asustar al cardenal, su propósito no logró sus fines, ya que éste le contesta que con frecuencia se encuentra más próximo a personas como él, que a cantidad de devotos fingidos


Cuando se trata de los problemas a los que se enfrenta la Iglesia, Martini da una contestación que está en el ánimo de muchos. Le preocupan la actitud con los divorciados, la elección de los obispos, el celibato sacerdotal, el papel del laicado… pero sobre todo el egoísmo humano que se ha olvidado de la caridad. Los padres llevan a la iglesia alguna vez a sus hijos pero no les enseñan lo esencial que es el amor, el reconocimiento, la comprensión y la solidaridad con los otros. Sobre todo, porque los verdaderos pecados del mundo son las injusticias y desigualdades que claman al cielo especialmente si las producen los cristianos pues van contra el expreso deseo de Jesucristo.


Lo más curioso es que el cardenal cuando habla de la falta de vocaciones, la escasa frecuencia de los sacramentos y esos temas que tanto preocupan a otros obispos considera que son aspectos externos. La auténtica sustancia de la Iglesia es la caridad que es la que conduce a la felicidad común.


Sobre la organización de la Iglesia con secretarias de estado y nunciaturas considera que son residuos del poder temporal del papado que gracias a Dios vandesapareciendo. Esta estructura con el tiempo se irá desmantelando hasta que desaparezca del todo. La tarea de la Iglesia es proclamar la palabra de Dios y todo lo demás es secundario.


Para que esta misión se realice mejor hay que revisar el papel de los laicos en la Iglesia ya que en otros tiempos fue mucho más participativo, incluso en la elección de obispos y cardenales pues considera que se produce una cierta endogamia en los nombramientos.


Se queja de que el Concilio Vaticano II, convocado para poner al día a la Iglesia con el mundo, no se haya implantado ya que incluso considera que se han dado pasos hacia atrás. Cree que los concilios se deben realizar cada 20 o 30 años pero menos masivos y para abordar a lo sumo un par de temas concretos.


Es la entrevista de un hombre ya entrado en años con una visión realista de la Iglesia y sin pelos en la lengua ¡Lástima que no haya muchas personas como él entre las altas esferas de la Iglesia!



Isabel Gómez Acebo
Cajón de ilusiones

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