Monday, July 06, 2009

Espacio Sagrado

Mateo 9:18-26
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y le dijo: "Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá." Jesús lo siguió con sus discípulos. Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría. Jesús se volvió y, al verla, le dijo: "Ánimo, hija! Tu fe te ha curado." Y en aquel momento quedó curada la mujer. Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo: "Fuera! La niña no está muerta, está dormida." Se reían de él. Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie. La noticia se divulgó por toda aquella comarca.



¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

Este relato evangélico recuerda una mujer que había sufrido por largo tiempo. Llegó por la necesidad de sanar, y su viaje fué alivianado por su Fe. La Fe puede no curar nuestras enfermedades; pero a lo largo de una vida de Fe, somos sanados y fortalecidos.
Quizás nuestra oración de hoy pueda alcanzar a los que han sufrido una enfermedad desde muchos años, con pocas esperanzas de sanar.

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