Acabo de leer este texto que publica The New York Times y me he rebelado interiormente. Lo he traducido rápidamente y lo envío para que se difunda y comente en ATRIO. ¿Podremos al menos influir en que se rectifique este error de un distante obispo y se restablezca el honor cristiano a la hermana Margaret McBride y a todo el hospital de Arizona, donde ella era alta ejecutiva y estaba considerada como una santa?
Rodrigo Olvera, 28-Mayo-2010
La elección de la hermana Margaret
Por Nicholas D. Kristoff. The New York Times, 27 de Mayo, 2010. Visible en su edición digital.
Finalmente tenemos un caso en que la jerarquía de la Iglesia Católica Romana está respondiendo de manera decidida y expedita ante alegatos de conductas erróneas.
Pero el objetivo no es un sacerdote pederasta. Más bien es una monja que ayudó a salvar la vida de una mujer. Doctores la describen como santa.
La excomunión de la hermana Margaret McBride en Phoenix subraya todo lo que para mí se siente como moralmente obtuso respecto de la jerarquía eclesial. Espero que una protesta pública pueda rectificar esta parodia.
La hermana Margaret era una administradora principal del Hospital de San José, en Phoenix. Una mujer de 27 años de edad, madre de cuatro hijos, llegó al final del año pasado, en su tercer mes de embarazo. De acuerdo con reportes de los noticieros locales, registros del hospital y algunos de los miembros de su personal, la madre sufría de una seria complicación conocida como hipertensión pulmonar. Eso creaba una alta posibilidad de que la tensión de continuar el embarazo la habría matado.
“En este trágico caso, el tratamiento necesario para salvar la vida de la madre requirió terminar un embarazo de 11 semanas” afirmó el hospital en una declaración. “Esta decisión se tomó después de consultar con la paciente, su familia, sus médicos, y en consulta con el Comité de Ética”.
La hermana Margaret era parte de ese Comité. Ella se negó a discutir el episodio conmigo, pero el obispo de Phoenix, Thomas Olmsted, decidió que la hermana Margaret estaba “automáticamente excomulgada” porque había asentido en un aborto.
“La vida de la madre no puede ser preferida sobre la del niño”, explicó la oficina de comunicación del obispado en una declaración.
Déjennos hacer notar que la jerarquía de la Iglesia Católica suspende a sacerdotes que abusan sexualmente de menores y en algunos casos los ha destituido, pero normalmente no los excomulga, de manera que permanecen con capacidad de recibir los sacramentos.
Desde su excomunión, la hermana Margaret ha abandonado a su puesto como vicepresidenta y ya no aparece en la lista de los ejecutivos del hospital en su página Web. El hospital me dijo que ella renunció “a petición del obispo” pero que sigue trabajando en algún otro lado del hospital.
Supe de la hermana Margaret por un conocido que es médico en el hospital. Después de lo que le ocurrió a la hermana Margaret, él no se atreve a ser identificado, pero envió un correo electrónico a sus amistades, lamentando la excomunión de “una monja santa”.
“Ella es una mujer espiritual amable, de voz suave, preocupada y humilde, cuyo lugar en el Cielo le fue reservado desde hace muchos años” escribió en el mensaje de correo. “La idea de que ella pueda ser excomulgada después de décadas de servicio a la Iglesia y a la humanidad, literalmente me hace sentir náuseas”.
“Verdaderos cristianos, como la hermana Margaret, comprenden que la vida real está llena de decisiones morales difíciles, y oran porque tomen la decisión correcta en el contexto de las enseñanzas de Cristo. Sólo un grupo de hombres lejanos, mimados en túnicas doradas en un balcón muy por encima del resto de nosotros podría negar estos dilemas”.
Una declaración de la oficina del obispo no negó que la vida de la madre estuviera en peligro – aunque sí hizo notar que ningún pronóstico médico es 100% cierto- La implicación es que la Iglesia habría preferido que el hospital dejara a la naturaleza seguir su curso.
La jerarquía de la Iglesia Católica tiene derecho a sostener sus puntos de vista. Pero el episodio refuerza la impresión de los líderes eclesiales como rígidos, dogmáticos, fuera de contacto con la realidad – y muy suspicaces contra las religiosas estadounidenses de pensamiento independiente.
La hermana Margaret hizo una elección difícil en una emergencia, salvó una vida, y después fue castigada y humillada por un relámpago de un obispo que pasó 16 años viviendo en Roma, y que ha dedicado mucho menos tiempo que la hermana Margaret a servir a los oprimidos. Comparen las dos biografías, y la hermana Margaret se parece mucho más a Jesús que lo que parece el obispo.
“Todos los que conozco consideran a la hermana Margaret como la conciencia moral del hospital” escribió en una carta al editor de The Arizona Republic el Doctor John Garvie, jefe de gastroenterología en el Hospital de San José. “Ella trabaja incansable y desinteresadamente como la campeona y ejemplo viviente del cuidado apropiado y compasivo por el enfermos y moribundos”.
El Doctor Garvie después me dijo en un correo electrónico que “santa” era la palabra correcta para la hermana Margaret y añadió “la hermana era la “encarnación viviente” de Dios en nuestro edificio. Ella siempre se aseguró de que entendiéramos que estamos aquí para ayudar a los menos afortunados. Realmente no tenemos a quien pueda ocupar su lugar”
Yo he escrito muchas veces sobre el abismo que existe entre los líderes de la Iglesia Católica en las alturas, y las monjas, sacerdotes y laicos que con frecuencia viven el Sermón de la Montaña a nivel de base. Ellas y ellos representan la gran alma de la Iglesia, que no se trata de ornamentaciones sino de desinterés.
Cuando una jerarquía de hombres, en su mayoría envejecidos, se abalanza a excomulgar a una respetada monja que sólo estaba tratando de salvar la vida de una madre, la Iglesia me parece tan fuera de contacto con la realidad como lo fue en los días crueles y libertinos de los Borgia en el Renacimiento.
ATRIO
No comments:
Post a Comment