TAIZÉ, lunes 16 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha auspiciado que el testimonio del fundador de Taizé, el Hermano Roger, “de un ecumenismo de la santidad nos inspire en nuestro camino hacia la unidad”.
Lo puso de relieve en un mensaje enviado al actual prior de la comunidad de Taizé, el Hermano Alois, con motivo del doble aniversario de los 70 años de la fundación de la comunidad de Taizé y los 5 años de la muerte de su fundador, el Hermano Roger.
Unas cinco mil personas celebraron esta doble conmemoración en Taizé el pasado 14 de agosto, con el ingreso de un nuevo hermano en la comunidad, una oración y una peregrinación, informó la comunidad de Taizé.
El acto empezó a las siete y media de la tarde en un gran campo al lado del pueblo francés de Taizé, con la celebración, al aire libre, de la oración común.
Un joven italiano que había entrado hace un tiempo en la comunidad tomó el hábito blanco de los hermanos de esta comunidad ecuménica.
La oración fue enriquecida con cantos, un texto bíblico leído en varios idiomas por jóvenes de diversos continentes y un momento de silencio.
A continuación, los hermanos y los miles de jóvenes de setenta países que acababan de pasar una semana en Taizé, así como algunos niños, atravesaron el pequeño pueblo de Taizé en peregrinación.
Pasaron por delante del cementerio de la pequeña iglesia románica donde descansan los restos del Hermano Roger y donde fue colocado, para la ocasión, el icono egipcio de la amistad, que era muy querido por el fundador de la comunidad.
Y se dirigieron a la iglesia de la Reconciliación, donde se leyó el Evangelio de la resurrección y los asistentes iluminaron miles de pequeñas velas como símbolo de la esperanza en la resurrección.
El Hermano Alois pronunció las únicas palabras del acto, una oración en la que dio gracias a Dios “por la vida entregada de nuestro hermano Roger que nos ha dejado hace ya 5 años, y que hace 70 años llegó solo a este pueblecito de Taizé”.
La oración recordó algunos aspectos del fundador de Taizé: “Buscaba vivir ardientemente de tu confianza y decir tu bondad infinita por cada ser humano”.
“En esa confianza, tú le concediste encontrar la fuente de la alegría y de la paz: la paz del corazón, que fue lo que hizo de él un creador de paz entre los hombres”, continuó el prior.
“Como San Juan Bautista, tan solo quería preparar los caminos de Cristo y reunir a tu pueblo para decirle a todos que 'Dios está muy cerca de vosotros'”, añadió.
Entre otras cosas, recordó que el Hermano Roger, “aunque pobre y vulnerable, usando sus propias expresiones, con todas sus fuerzas eligió amar”.
“Amaba a tu Iglesia, que reúne a los creyentes en un única comunión más allá de todas las fronteras políticas, sociales o culturales -afirmó-. Ésta era para él el signo de esperanza de una humanidad reconciliada”.
Con motivo del aniversario, numerosas personalidades enviaron mensajes a la comunidad de Taizé, entre ellas el Papa Benedicto XVI, los patriarcas de Constantinopla y de Moscú, el arzobispo de Canterbury y los responsables luteranos y reformados.
Mensaje del Papa
En su mensaje, el Pontífice manifiesta “su cercanía espiritual y su unión en la oración con la comunidad y con todos aquellos que participan en la conmemoración del recuerdo del Hermano Roger”.
Benedicto XVI se refiere al fundador de Taizé como a un “testigo incansable del Evangelio de paz y de reconciliación” y como a “un pionero en el difícil camino hacia la unidad entre los discípulos de Cristo”.
“Hace setenta años dio inicio a una comunidad que sigue viendo cómo acuden a ella miles de jóvenes provenientes de todo el mundo, buscando dar un sentido a su vida, los acoge en la oración y les permite experimentar una relación personal con Dios”, constata el Papa en su mensaje, firmado por el secretario de Estado vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone.
“Ahora que ha entrado en la alegría eterna, sigue hablándonos -añade-. Que su testimonio de un ecumenismo de la santidad nos inspire en nuestro camino hacia la unidad y que vuestra Comunidad siga viviendo e irradiando su carisma, especialmente entre las generaciones jóvenes.
Para la doble conmemoración que está celebrando Taizé, se ha publicado el libro Vivir para amar, dirigido especialmente a jóvenes, que contiene algunos textos esenciales del Hermano Roger.
En el prefacio del librito, el Hermano Alois afirma que la herencia que ha dejado el Hermano Roger “está viva”.
“Él tenía la certeza de que Dios está unido a cada ser humano, incluso a quienes no tienen conciencia de ello”, destaca.
Y añade que “a partir de esta confianza en la presencia de Dios”, el fundador de Taizé “encontraba una paz que intentaba comunicar a los demás”.
Roger Schutz llegó a Taizé en agosto de 1940 en plena Segunda Guerra Mundial, procedente de Suiza.
Se estableció en este pequeño pueblo francés cercano a Cluny y empezó a acoger a refugiados, especialmente judíos.
Así empezó la comunidad de Taizé, convertida hoy en un centro de espiritualidad internacional y ecuménico que atrae a centenares de miles de personas, sobre todo jóvenes, de toda confesión religiosa y punto de referencia para el diálogo y el ecumenismo.
El Hermano Roger falleció el 16 de agosto de 2005, asesinado por una mujer desequilibrada durante la oración vespertina en la iglesia de la Reconciliación de Taizé.
Fuente: www.zenit.org, 16 de agosto de 2010
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