miércoles, 01 de septiembre de 2010
Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Guatemala, al concluir una Asamblea Plenaria Extraordinaria, celebrada a finales de la semana pasada, hicieron público un comunicado en el que manifiestan sus preocupaciones por la situación en el país, desde la tormenta Ágata, la violencia generalizada y la debilidad democrática del país.
En cuanto a la tormenta Ágata que ha causado gran destrucción de la infraestructura vial y la pérdida de cosechas, los obispos advierten sobre la carestía que se avecina en los próximos meses y denuncian la desviación de recursos que no han llegado a las comunidades afectadas.
Martes, 31 ago (RV).- Nuevamente los obispos guatemaltecos plantean su preocupación por la creciente violencia. “Hay una relación estrecha entre la delincuencia común, la pobreza y el crimen organizado- advierten los prelados- recordando que las “maras”, grupos de jóvenes fuertemente armados, jerárquicamente organizados y sin ningún límite moral están apoyadas por la corrupción de algunos miembros de la Policía Nacional, jefes, oficiales y efectivos, que acuerdan y respetan “zonas libres” en la que actúan impunemente. No obstante, los obispos se oponen a la intención de algunos de promover la pena de muerte como una solución.
El comunicado del episcopado guatemalteco resalta la falta de aplicación de una justicia real e imparcial que contribuye a aumentar la descomposición social y a crear una inestabilidad política. Igualmente, denuncian la falta de apego a la verdad que se expande por toda la sociedad, desde los ambientes políticos e institucionales hasta los medios de comunicación. Los prelados subrayan la debilidad de la democracia del país que margina a la mayoría de la población del derecho a una vida digna y privilegia el beneficio de las minorías que tradicionalmente han detentado el poder económico. “Estamos seguros que la idolatría del dinero que ha corrompido nuestro país – denuncian los obispos- generando tantos males y acabado con tantas vidas humanas y exhortan a creyentes y no creyentes a esforzarse para ofrecer a los jóvenes, que son mayoría en nuestro país, un futuro mejor.
Al concluir, los obispos de Guatemala invitan a celebrare, el primer domingo de Septiembre, la jornada nacional de oración y ayuda por los hermanos migrantes. “Ante la desgracia del aumento de deportaciones – afirman- los migrantes necesitan nuestro apoyo y ayuda. Los exhortamos a vivir en cada diócesis y vicariato y en la prelatura de Esquipulas esa jornada de oración. Seamos generosos y ayudemos materialmente a los esfuerzos que la Conferencia Episcopal de Guatemala hace en favor de los inmigrantes”.
Ecclesia
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