El Papa ora por los mineros chilenos atrapados en Copiapó
"Los cristianos no pueden ignorar la crisis de fe en la sociedad"
Al recibir este mediodía a los participantes en el Congreso promovido esta semana en Roma por el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales dedicado a la prensa católica, Benedicto XVI señaló que deben buscar con pasión la verdad, recorriendo diariamente este camino renovando siempre la opción personal por Cristo.
En su discurso a los participantes provenientes de 85 países, el Santo Padre se refirió a dos aspectos particulares del papel de la prensa católica: por una parte, "la especificidad del medio, la prensa, es decir la palabra escrita y su actualidad y eficacia, en una sociedad en la que se han multiplicado las antenas y satélites, y por otra parte, la connotación de 'católica', con la responsabilidad que se deriva de ser fieles de manera explícita y sustancial, a través del esfuerzo diario de recorrer el camino maestro de la verdad".
"Los periodistas católicos deben buscar la verdad con mente y corazón apasionados, pero también con la profesionalidad de operadores competentes y dotados de medios adecuados y eficaces", precisó.
Tras resaltar que hoy "el mundo de la imagen tiene un peso cada vez mayor", Benedicto XVI señaló que "aunque esto es sin duda positivo, sin embargo, la imagen también puede llegar a ser independiente de la realidad, dando vida a un mundo virtual, con consecuencias diferentes, la primera de ellas, el riesgo de la indiferencia con la verdad".
"Además, la noticia sobre un evento, feliz o triste, se puede consumir como un espectáculo y no como una ocasión para la reflexión. Estos aspectos invitan a considerar el peligro de que lo virtual aleje de la realidad y no estimule a la búsqueda de la verdad", añadió.
Benedicto XVI subrayó luego que "en este contexto, la prensa católica está llamada a expresar todas sus capacidades y a dar cuenta cada día de su misión irrenunciable. La fe cristiana tiene en común con la comunicación una estructura fundamental: el hecho de que el medio y el mensaje coinciden, porque el Hijo de Dios, el Verbo encarnado, es al mismo tiempo, mensaje de salvación y medio por el cual se realiza la salvación. Y esto no es un simple concepto, sino una realidad accesible a todos".
"La Palabra de Dios llegó a los seres humanos y se ha transmitido a nosotros a través de un libro, la Biblia. La palabra sigue siendo la herramienta fundamental y, en cierto sentido, constitutiva de la comunicación: hoy se utiliza en diversas formas, y también conserva todo su valor en la llamada "civilización de la imagen".
Seguidamente el Papa dijo que "los cristianos no pueden ignorar la crisis de fe en la sociedad, o simplemente confiar en que el patrimonio de valores transmitido a través de los siglos puede seguir inspirando y dando forma al futuro de la familia humana. La idea de vivir 'como si Dios no existiera' se ha demostrado perjudicial: el mundo necesita sobre todo vivir 'como si Dios existiera', incluso si no existe la fuerza de creer; de lo contrario sólo produce un 'humanismo inhumano'".
Recordando que los que trabajan en los medios de comunicación deben "poner siempre a Dios en lo alto de la escala de valores", Benedicto XVI afirmó que la tarea de la prensa católica "es ayudar al hombre contemporáneo a orientarse a Cristo, único Salvador, y a mantener encendida en el mundo la antorcha de la esperanza, para vivir con dignidad hoy y construir adecuadamente el futuro".
Finalmente el Papa exhortó a "renovar constantemente vuestra opción personal por Cristo, empleando los recursos espirituales que la mentalidad mundana subestima, cuando en realidad son preciosos, es más, indispensables".
Por otro lado, Benedicto XVI aseguró hoy que lleva a Chile dentro de su corazón y "muy especialmente" después del "terrible" terremoto sufrido recientemente y que reza por los 33 trabajadores chilenos atrapados en una mina en la región norteña chilena de Atacama.
El Pontífice también abogó por una colaboración "leal" entre la Iglesia y el Estado y volvió a defender la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural y la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer.
El Papa hizo estas manifestaciones en el discurso que dirigió al nuevo embajador de Chile ante la Santa Sede, Fernando Zeger Santa Cruz, de 78 años, que hoy le presentó sus cartas credenciales.
"Aunque esté lejos geográficamente de aquí, llevo a Chile dentro de mi corazón y muy especialmente después del terrible terremoto sufrido recientemente. Desde el primer momento mostré mi cercanía al pueblo y a través de la visita de mi secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, hice llegar mi consuelo y esperanza a las víctimas, a sus familiares y a los numerosos damnificados", afirmó.
Benedicto XVI agregó que "tampoco se olvida" de los mineros de la región de Atacama y sus seres queridos, "por quienes rezo fervientemente".
El Obispo de Roma resaltó la unidad del pueblo chileno ante las desgracias, su respuesta "tan generosa y solidaria" cuando el sufrimiento arrecia, así como el esfuerzo que la Iglesia católica local realiza para ayudar a los necesitados.
Benedicto XVI subrayó que este año se celebra el Bicentenario de la Independencia de Chile y destacó el papel jugado por la Iglesia en los acontecimientos más señalados del país y en la consolidación de una "identidad nacional propia, profundamente marcada por el sentimiento católico".
Recordó los 25 años de la firma del Tratado de paz y amistad con Argentina, en el que medió el Vaticano y se evitó una guerra y aseguró que quedará como "un ejemplo luminoso del bien inmenso que la paz trae consigo, así como de la importancia de conservar y fomentar aquellos valores morales y religiosos que constituyen el tejido más íntimo del alma de un pueblo".
El Papa Ratzinger destacó que aunque la Iglesia y el Estado son independientes y autónomos, ambos están llamados a desarrollar una colaboración leal y respetuosa para servir la vocación personal y social de las mismas personas.
Y precisó que cuando la Iglesia "alza su voz" frente a los grandes retos y problemas actuales no actúa por un interés particular, sino que lo hace "en nombre de valores que toda persona puede compartir con su recta razón".
Entre esos problemas subrayó las guerras, el hambre y la pobreza extrema de tantos y volvió a defender la vida humana desde su concepción hasta su ocaso natural, la promoción de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, "primera responsable de la educación de los hijos".
(Rd/Agencias)
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