Gálatas 3:13-14
El Mesías, sometiéndose a la maldición, nos rescató de la maldición de la ley, como está escrito: "Maldito el que cuelga de un leño". Así la bendición de Abrahán, por medio del Mesías Jesús se extiende a los paganos, para que podamos recibir por la Fe el Espíritu prometido.
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
Jesús estaba preparado para aceptar el lugar más bajo, incluso arriesgando su reputación y su buen nombre - como dijo Pablo: "se convirtió en una maldición". Hizo eso por mí... Doy gracias a Dios, y renuevo mi compromiso de dar lo que pueda en el nombre de Jesús.
Medito sobre las situaciones y las relaciones en mi vida, que necesitan estar más abiertas a la Presencia del Espíritu Santo. Las presento ante Dios, consciente de la promesa de bendiciones que Dios me ha hecho.
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