LA FRATERNIDAD ESTÁ
POR ESTRENAR
Por José María
Maruri, SJ
1. - La televisión, los periódicos y la radio se nos meten
en casa. Se nos sientan a la mesa. Toman café con nosotros en la sala de estar.
No nos dejan ni a sol ni a sombra y con su pegajosa cercanía van molestando
nuestra manera de pensar y de actuar. Pueden ser muy buenos amigos o muy
traicioneros, según quienes los manejen. También Jesús nos habla hoy de medios
de comunicación social. De las imágenes que impresionarán al mundo, de lo que
entrando por la retina de los ojos llegará a dominar el corazón y el poder de
actuación de los hombres. No sabe uno
si habla de televisión o de radio, porque era un rudo carpintero que no
entendía de nada de eso o todo lo contrario,
porque siendo infinitamente sabio como Dios, sabía que nada influye tanto en
nosotros como la persona hecha ejemplo o imagen.
2. - Jesús mismo es imagen de Dios. Comunicación de todo el
saber de Dios y ha venido al mundo a comunicarnos todo lo que Él sabe de Dios.
Ha venido a ser noticia. Y lo ha hecho a través de su Ser de Hombre: imagen
visible del Dios invisible. Y para comunicarnos lo que era Dios, el Hijo de
Dios se hizo Hombre. Se metió en nuestra casa. Comió y bebió con nosotros.
Convivió y compartió todo con nosotros. Y no nos dejó ni a sol no a sombra, ni
nos dejará nunca: “Estaré con vosotros hasta el fin de los siglos”.
Jesús sabe que no hay persona más influyente que la que vive
y convive con nosotros. Y Jesús nos dice: “vosotros vais a ser noticia,
vosotros vais a ser la imagen influyente de Dios, si os amáis unos a otros”. El
mundo sabrá que Dios es amor al ver que vosotros sois amor. Vuestra imagen
llena de bondad y de amor sacrificado será la mejor propaganda de mi doctrina.
Seréis el televisor más claro, la onda de radio más convincente.
3. - Y el Señor llama a su Mandamiento Nuevo. Sí nuevo, porque lo que es viejo como el mundo es el odio, el egoísmo, las guerras. Viejo como el mundo es la lucha de clases, todo eso son retales viejos y apolillados que no sirven para nada.
Lo que está por estrenar es la fraternidad, no la de los
políticos sino la verdadera. Esa fraternidad en la que cada uno se siente
querido y atendido como hermano, no la fraternidad del que dice que quiere a
todos como hermanos, no. La fraternidad de los que sienten de verdad que son
queridos y tenidos como hermanos.
Porque tú puedes sentir y pensar que todos son tus hermanos,
pero ese sentir tuyo todavía no le ha llegado al hermano. Es él el que aún no
se siente tenido y querido por hermano. Hay que dárselo a sentir.
Lo nuevo es saber apostarlo todo por los demás. Es tener Fe
en que:
—Amando se triunfa.
—Amando se llega a
tener razón.
—Amando se enseña
las lecciones más difíciles.
—Amando se saca a
flote a una persona que naufraga.
** Lo nuevo sería
llegar a que en cada ideario de cualquier partido político lo primero que se
afirmase es que tan hermanos son los “nuestros” que los de la oposición. Y que
hay que buscar el bien de todos a costa de cualquier sacrificio.
** Lo nuevo sería
que en la ONU el principio fundamental fuese que el más insignificante de los
hombres tiene derecho a vivir como hombre, querido y respetado por los demás. Y
que a ese principio se sacrificasen intereses y fronteras. Entonces sí
comenzaría un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva. Todo esto está por estrenar.
Al menos nosotros, apostémoslo todo al amor a los demás y si
nos equivocamos más vale equivocarse amando que odiando y matando.
Betania
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