La nueva evangelización pasa por los sacerdotes por Isabel Gómez Acebo

Como la mayoría de las decisiones en la Iglesia pasan por las manos de los sacerdotes,la reforma pendiente también dependerá de ellos. Un porcentaje muy grande de católicos del mundo entero, pero especialmente de los países con mayor nivel económico, ha dejado de acudir al templo con asiduidad. Las nuevas generaciones no se contentan con lo que vivieron sus padres y piden, cuando piden algo, una espiritualidad más personal que abandona los ritos y busca hacer experiencia de Dios.

            Este nuevo modo de pensar incide en los sacerdotes que se tienen que convertir en maestros de la dimensión espiritual del hombre, en expertos para acompañar al largo viaje de nuestro temor, de nuestra falta de esperanza y de fe. Nos tienen que ayudar a encontrar esa humanidad regenerada y perdonada que inició Jesucristo.

            Pero tenemos que preguntarnos si la formación de nuestros sacerdotes va encaminada a esta labor. El papa pidió recientemente a unos nuevos ordenandos que no fueran funcionarios sino pastores, imagino que sus palabras estaban imbuidas por lo que sus ojos ven a diario. Sabemos lo que no tiene que ser el sacerdote pero ¿cómo hay que educarle para que se convierta en guía espiritual?

            No hay que cambiar los contenidos pero en un mundo tan cambiante como el nuestro es aconsejable que el joven sacerdote se mezcle con un grupo de personas diverso, mujeres, laicos, religiosas, sacerdotes… para ver y asimilar las diferentes visiones que se encuentran en la Iglesia. Para entre todos, ir formando una nueva cultura religiosa, una síntesis espiritual inédita que sea capaz de dar sentido a lo que sucede en nuestro mundo en clave mesiánica.

Es algo que no encontrarán en los libros sino en la comunidad y en la experiencia y creo que la nueva evangelización tendrá que ir profundizando por estos caminos. Sacerdotesque sepan salir del templo y encontrar la palabra adecuada para mil casos diferentes, sacerdotes que lleven a sus fieles al encuentro personal con Dios.

Isabel Gómez Acebo
Cajón de ilusiones
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