La Radio Vaticana recuerda el discurso que pronunció el entonces arzobispo de Buenos Aires para la beatificación de Juan Pablo II
REDACCIÓNROMA
El 2 de abril de hace 8 años, después de 26 de Pontificado, falleció Karol Wojtyla. Juan Pablo II siempre tuvo relaciones con Jorge Mario Bergoglio, a quien nombró en 1992 obispo y a quien creó cardenal en 2001. La Radio Vaticana recuerda, retomando fragmentos de dos homilías del entonces arzobispo de Buenos Aires sobre Juan Pablo II, que fue un Papa que no tuvo miedo, «porque vivió su vida contemplando al Señor Resucitado».
«El beato Juan Pablo nos dijo, repetidas veces ya desde el comienzo: “No tengan miedo” porque vivía contemplando a su Señor resucitado, él sabía que su Redentor vivía, él sabía que esas llagas abrevaban su corazón de pastor, que en esas llagas encontraba refugio y coraje, y nos lo quiso transmitir de entrada: “No tengan miedo”… Hace unos días, en una bellísima expresión, el arzobispo de Cracovia, Cardenal Dziwisz, refiriéndose a esta frase dijo: “aquel no tengan miedo (que pronunció el Papa) derribó dictaduras”», indicó hace dos años el entonces cardenal arzobispo de Buenos Aires, durante la homilía que pronunció con motivo de la misa de acción de gracias por la beatificación de Juan Pablo II en la Catedral Metropolitana. En esa misma ocasión, Bergoglio retomó la exhortación de Juan Pablo II dirigida a los fieles con la que les invitaba a abrir de par en par las puertas de su corazón a Cristo: «“¡No tengan miedo!”».
Seis años antes, el 4 de abril de 2005, al celebrar una misa en memoria de Su Santidad Juan Pablo II, Bergoglio también había indicado que «Juan Pablo simplemente fue coherente, nunca engañó, nunca mintió, nunca chicaneó. Juan Pablo se comunicó con su pueblo, con la coherencia de un hombre de Dios, con la coherencia de aquél que todas las mañanas pasaba largas horas en adoración, y porque adoraba se dejaba armonizar por la fuerza de Dios. La coherencia no se compra, la coherencia no se estudia en ninguna carrera. La coherencia se va labrando en el corazón con la adoración, con la unción al servicio de los demás y con la rectitud de conducta».
Y el arzobispo terminó la homilía con estas hermosas palabras sobre su ahora predecesor: «Es un testigo. Termino repitiendo sus palabras: "Lo que necesita este siglo no son maestros son testigos". Y en la encarnación del Verbo, Cristo es el testigo fiel. Hoy vemos en Juan Pablo una imitación de este testigo fiel. Y agradecemos que haya terminado su vida así, coherentemente, que haya terminado su vida siendo simplemente eso: un testigo fiel».
Octavo aniversario de la muerte del beato Juan Pablo II
2 de abril, 2013. (Romereports.com) - (SOLO VÍDEO) - El 2 de abril de 2005, a las 21.37, el corazón de Juan Pablo II dejó de latir. Fue un momento muy emocionante, más de 60.000 personas estaban reunidas en la plaza de San Pedro rezando durante la agonía del Papa polaco.
La muerte de Juan Pablo II desencadenó que millones de peregrinos acudieran a Roma para despedir al Papa.
Ocho años bajo la sombra de Wojtyla
Aniversario de la muerte de Juan Pablo II, con la mirada puesta en su canonización
Francisco podría subir a los altares al Papa
polaco el 16 de octubre
(Jesús Bastante).- Hace ocho años, a las 21,37 horas, fallecía Juan Pablo II. Fue una muerte anunciada, pues la agonía del Papa polaco se retransmitió casi en directo durante meses. Un Pontífice mediático, posiblemente el primer Papa global de la historia, el Papa viajero y de los records. Juan Pablo II, el tercer pontífice que más tiempo permaneció en el solio pontificio (27 años), falleció en loor de multitudes, y con el pueblo reclamando su canonización casi inmediata. Ocho años después, su canonización parece inminente.
Francisco, el nuevo Papa, podría ser quien llevara a los altares al hombre que le hizo arzobispo de Buenos Aires y cardenal. "Karol Wojtyla y Jorge Bergoglio tuvieron encuentros significativos. Es evidente que lo apreciaba", señala, en una entrevista con Tiempo, el postulador de la causa de canonización de Juan Pablo II, Slawomir Öder.
"No habrá que esperar años", asegura Öder, quien añade que tanto Juan Pablo II como Francisco "comparten la proveniencia del campo pastoral, el estar radicados en la vida concreta de la diócesis, el encuentro con las personas y esa humanidad que produce sus efectos en los gestos, las palabras y el interés por los problemas de la gente".
Por su parte, en una reciente entrevista con La Stampa, el cardenal Dzwisz, secretario personal de Wojtyla, apuntaba que "conservo las esperanzas de que la canonización ocurra en este año de la fe".
"Toda Polonia espera e invoca la canonización", añadió el purpurado, uno de los pocos que se atrevió a criticar públicamente la decisión de Benedicto XVI de renunciar -"No puedes bajarte de la cruz"-, y firme defensor de la santidad de su maestro. No obstante, admitió no haber hablado del asunto con el nuevo Papa.
Sea como fuere, parece que nada impedirá que Juan Pablo II suba a los altares de forma definitiva, en una canonización tan rápida como lo fue su beatificación, apenas siete años después de su muerte, y saltándose los plazos marcados por la Santa Sede. El pueblo que clamaba por su santificación es el mismo -aunque han cambiado algunas caras, algunas presencias, algunos protagonismos- que el que hoy vitorea a Francisco. Y el que mostró su sorpresa ante la renuncia de Ratzinger.
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