Thursday, August 01, 2013

El Papa a los jesuitas: «Vayan a las periferias del mundo, busquen con creatividad». Invitò a poner a Cristo en el centro de nuestra vida



El Pontífice celebró una misa con algunos miembros de la Compañía de Jesús en la fiesta de San Ignacio. El padre Spadaro: «encuentro lleno de paz». Francisco, además, recordó al padre Dall’Oglio


Alessandro Speciale

Ciudad del Vaticano

Papa Francisco dijo claramente durante la entrevista con los periodistas en el avión, volviendo desde Brasil, que se sentía todavía jesuita: «Me siento como jesuita y pienso como jesuita». Así esta mañana en la fiesta litúrgica de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, papa Bergoglio fue a celebrar una misa en compañía de sus hermanos.


Después de la Misa en la Iglesia del Jesús, el Pontífice se detuvo a rezar ante la tumba de San Ignacio y de otro gran misionero jesuita, San Francisco Javier. Pero, la breve visita del Papa también estuvo relacionada con otros dos jesuitas: el padre Pedro Arrupe, gran superior de los jesuitas en periodo del Concilio Vaticano II y con quien Bergoglio trabajó durante sus primeros años, y padre Paolo Dall’Oglio, con quien se han interrumpido todos los contactos en Siria, en medio de una situación misteriosa que todavía no ha sido aclarada.


 Francisco se detuvo a rezar en la tumba del “papa negro” vasco y lo indicó a los jesuitas como un ícono, sobre todo en cuanto a su vida durante los últimos años de su existencia: «En el último coloquio en el campo de refugiados –recordó– nos dijo: “esto lo digo como si fuera mi canto del cisne: recen”... Y, después de haber dicho esto, se subió al avión, llegó a Roma con el íctus que dio inicio a eseinvierno tan largo y tan ejemplar».



Al recordar a las figuras de los jesuitas que «dieron sus vidas» por su ministerio, como justamente San Francisco Javier y el padre Arrupe, Papa Bergoglio también quiso recordar la situación del sacerdote que desapareció en Siria: «Pienso en el padre Paolo», dijo.


La del padre Dall’Oglio es una situación «ánomala», comentó al final de la misa el actual general de los jesuitas, el padre Adolfo Nicolás: «No sabemos qué ocurre y es una situación anómala; sería más fácil de entender si lo hubiera secuestrado un grupo pro-gobierno en lugar de uno de la oposición, puesto que el padre Dall?oglio siempre ha hablado en defensa de la oposición».


En la homilía, que se inspiró en el monograma que es el acrónimo de los jesuitas, “IHS”, es decir “Iesus Hominum Salvator”, el Papa recordó a sus hermanos la necesidad de poner siempre a Cristo en el centro de la propia vida. Los jesuitas, explicó, deben ser «descentrados», «desplazados», porque «siempre existe la tentación de pensar que somos nosotros el centro». «Y, cuando un jesuita se pone a sí mismo en el centro y no a Cristo –añadió–, se equivoca».


Francisco, en compañía de alrededor de 270 sacerdotes jesuitas, subrayó que la misión de los jesuitas es la de trazar «caminos de búsqueda, caminos creativos» para «ir hacia las periferias, las tantas periferias del mundo». «Para ello –explicó– se necesita creatividad, pero siempre en comunidad, en la Iglesia, con esta pertenencia que nos da valentía para seguir adelante. Servir a Cristo es amar esta Iglesia concreta y servirla con generosidad y espíritu de obediencia», concluyó.
Según el padre Antonio Spadaro, director de la histórica revista “La Civiltà Cattolica”, el primer encuentro del papa jesuita con la Compañía fue un encuentro «muy íntimo» que ha dejado «una gran sensación de paz»: «Francisco ahora está al servicio de la Iglesia universal, pero vive su pertenencia a los jesuitas como misión, como camino hacia las periferias que son tam importantes para él».
Recordando las palabras de la rueda de prensa durante el vuelo de Río a Roma, el superior de la Compañía, el padre Nicolás, también bromeó sobre el cuarto voto de los jesuitas, el de la obediencia al Papa: «Quién obedece a quién queda clarísimo –dijo. No hay duda de que es mi superior; mi superior es Francisco... Entonces, el Papa es totalmente libre para dirigir a la Iglesia y yo no tengo ninguna influencia, más allá de ser su amigo, pero no hay ninguna ambigüedad en la línea de responsabilidad».

  Puedes leer la homilìa completa aqui

El Papa celebra a San Ignacio de Loyola con una misa en la Iglesia d

 

  31 de julio de 2013. (Romereports.com) San Ignacio de Loyola fundó la Compañía de Jesús y el Papa Francisco, el primer Papa jesuita, quiso celebrar su fiesta en la Iglesia del Gesù, en Roma, junto a los que considera sus hermanos jesuitas.



El Papa llegó en coche. En la puerta le esperaba el general de la Compañía de Jesús, el Padre Adolfo Nicolás, que le felicitó por su reciente viaje a Brasil.

Enhorabuena por el viaje a Brasil.


El Padre Nicolás en sus palabras de bienvenida manifestó al Papa que todos los jesuitas están dispuestos a atender cualquier solicitud del Papa.

Durante la homilía Francisco les recordó que deben vivir descentrados, para dejar que sea Jesús el que esté en el centro.

PAPA FRANCISCO

 “Quisiera exponer tres simples pensamientos apoyados en tres expresiones: mantener en el centro a Cristo y a la Iglesia; dejarse conquistar por Él para servir; y sentir la vergüenza de nuestros límites y pecados para ser humildes ante Él y ante los hombres."

Al finalizar la Misa el Papa se acercó a rezar ante el altar de San Ignacio de Loyola, realizó una ofrenda floral ante la Virgen y rezó unos instantes ante la tumba del Padre Pedro Arrupe, que fue superior de los Jesuitas hasta 1981.

 




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