...Se engaña
si pretende ser cristiano
quien acude con frecuencia al templo,
pero no cuida de aliviar
las miserias de los pobres.
Se engaña
quien piensa con frecuencia en el cielo
pero se olvida de las miserias
de la tierra en que vive.
No menos se engañan
los jóvenes y adultos
que se creen buenos
porque no aceptan pensamientos groseros
pero no son capaces
de sacrificarse por sus prójimos.
Un corazón cristiano
ha de cerrarse a los malos pensamientos
pero también ha de abrirse
a los que son de caridad.
P. Hurtado
Humanismo social, 1947
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