La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la epidemia de ébola que padece África Occidental atraviesa un punto de inflexión. A pesar de la cautela que corresponde, la OMS se mostró optimista al presentar los últimos datos calificándolos como los “más prometedores” desde el comienzo de la crisis.
La semana pasada Liberia registró solo ocho nuevos casos frente a las 509 infecciones que se produjeron durante una semana del mes de septiembre, en el momento en el que la epidemia se expandía a mayor velocidad. En Sierra Leona, el número de nuevos casos sigue siendo elevado –117 durante la última semana–, aunque comparativamente es bastante menor que en el momento más álgido del brote –748 casos–. En Guinea se registraron 20 nuevos contagios en la última semana.
Sin embargo, “no hay lugar para la complacencia”, según afirma la propia OMS, teniendo en cuenta el riesgo de que resurja la enfermedad en caso de bajar los brazos. Un solo caso es suficiente para iniciar una nueva rama del brote por lo que identificar a todos los que entraron en contacto con la enfermedad es vital, como asegura la BBC.
Según las cifras oficiales 21.724 personas han sido alcanzadas por el presente brote de ébola. El número de muertos asciende a 8.641 personas. Malí, Nigeria y Senegal han sufrido y conseguido erradicar el brote. Fuera de África, después de los casos de sanitarios infectados que se produjeron en España, Reino Unido y Estados Unidos, no ha habido nuevos contagios. 499 trabajadores sanitarios han fallecido, hasta el momento, en el combate de la enfermedad.
Al clima de moderado optimismo se ha sumado el Gobierno de Sierra Leona. El presidente Ernest Bai Koroma ha anunciado el final de la cuarentena en seis de los 14 distritos del país. Koroma estimó ayer cercana “la victoria” aunque también dijo que el desarrollo de la enfermedad haría necesario que se tomaran medidas “para permitir la recuperación social y económica”.
El arzobispo de Freetown, la capital de Sierra Leona, en una entrevista a Misna, ha reconocido que la epidemia tomó por sorpresa a su país, permitiendo su rápido desarrollo: “Quedamos abrumados y la ayuda externa fue fundamental. Hubo ayuda de Médicos sin Fronteras y otras ONG, pero no hay que olvidar las campañas de sensibilización promovidas por el gobierno de Sierra Leona y el compromiso de los líderes tradicionales y religiosos locales. Nosotros, como Iglesia católica, adherimos al Ebola Prevention Network. Pero no se habría llegado a ningún resultado sin un esfuerzo colectivo de todos”, declaró Edward Tamba Charles.
Aunque no se olvida que la epidemia aún no ha sido doblegada, aumenta progresivamente la conciencia del escenario que quedará en los países más afectados cuando vuelvan a la normalidad. “La situación post-ébola será tan dramática o más, que la que actualmente vivimos debido a las duras consecuencias sociales y económicas de este año de aislamiento y recesión”, alerta Jorge Crisafulli, responsable salesiano de los países de habla inglesa de África Occidental. Para el arzobispo Tamba, el primer problema será el desempleo: “Siempre ha existido, pero ahora se ha salido de control. Algunas empresas extranjeras, incluyendo las compañías mineras, cerraron y despidieron a los empleados locales. El impacto del Ébola ha sido devastador para el sector de la restauración y el del entretenimiento. (…) Hay que regresar de inmediato al campo y esperar que la cosecha de septiembre-octubre sea realmente buena”, dijo.
Mundo negro
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