Monday, July 09, 2007

Fiesta de San Fermín 2007 por Mons. Fernando Sebastián
Los días de fiesta son días de alegría, de comunicación y de convivencia. De manera singular han sido siempre días de alegría estas fiestas nuestras de san Fermín. Sin embargo, este año, nuestra alegría está herida por el dolor del agravio a la persona de Nuestro Señor Jesucristo que la pancarta de una de las peñas va paseando impíamente por las calles de Pamplona.
No nos consuelan las excusas porque las obras desmienten las palabras. Ni vale tampoco como justificación de esta caricatura irreverente esas afirmaciones que se me atribuyen y que yo ya desmentí y expliqué en su momento. No quiero hacer cuestión de las alusiones a mi persona. Solamente digo, en atención al derecho de información que tenéis como miembros de la Iglesia de Navarra, que yo no quiero enseñar ni recomendar nada que no esté estrictamente conforme con el Magisterio del Vaticano II y del Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro.

Lo que nos duele, lo que nos parece gravemente ofensivo es la caricatura que ofende directamente a la persona de Jesucristo precisamente en su imagen de Crucificado, cuando estaba ofreciendo su vida por la reconciliación de todos los hombres con Dios y entre sí, con la fuerza del amor y del perdón. Ante un hecho como éste no valen las excusas ni las polémicas. No se puede honrar a San Fermín agraviando a Jesucristo. Ni se puede exaltar la tolerancia y la solidaridad ofendiendo los sentimientos más íntimos y sagrados de miles de conciudadanos. Así no se hace patria ni se consolida la convivencia ni se multiplica la alegría.

No vamos a responder a la ofensa con otras ofensas. Es el momento de dominar nuestros sentimientos para reaccionar con un talante verdaderamente cristiano. Es el momento de vencer el mal con el bien, de responder a los insultos con la serenidad y la grandeza del perdón. Jesús fue anunciado por los Profetas como el Justo perseguido y humillado. Estas profecías se cumplieron durante su vida terrestre y por desgracia siguen siendo verdaderas a lo largo de la historia, también en nuestros tiempos, también en nuestra Navarra.

Pero no debemos quedarnos en estos sentimientos de amargura. Podemos decir que estos acontecimientos entran en el guión y fueron previstos por el Señor en el momento de su despedida. “Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo! Yo he vencido al mundo” (Jn 16, 33). Los discípulos no podemos esperar mejores tratos que el Maestro. Nuestro patrono San Fermín siguió de cerca las huellas del Maestro hasta el martirio.

Para estos momentos nos dejó dicho el Señor, Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los que buscan la paz porque serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados seréis cuando hablen mal de vosotros con mentira por mi causa. Alegraos y regocijaos porque vuestros nombres estarán escritos en el Libro de la vida. Perdonad y seréis perdonados. Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso. Así seréis luz del mundo y sal de la tierra.

Sean fruto de la impiedad o de la simple ligereza, las ofensas no oscurecen el esplendor de la figura de Cristo. El verdadero mal de estos hechos consiste en el deterioro espiritual de quienes le niegan el respeto y el honor que se merece. Jesús es Verdad y es Vida, Él es el verdadero Camino de la humanidad, Él es la única Esperanza definitiva para nuestra salvación. Esta fe ha sido el fundamento de la grandeza moral de nuestros padres. Apartarse de ella será fuente de muchos errores y de muchos sufrimientos.

Por eso hoy nuestra Eucaristía, además de ser una celebración en memoria de Jesucristo, Salvador de todos los hombres, es también una celebración de penitencia, de perdón y de intercesión, para que la fe en Jesucristo renazca vigorosamente en el corazón de todos los pamploneses. Pedimos también que si ahora no podemos vivir el gozo de una verdadera fraternidad en la fe cristiana, podamos al menos vivir la tranquilidad de una convivencia sincera y verdadera fundamentada en el respeto a las personas y a las instituciones por encima de las inevitables diferencias. Que nuestro Padre Dios, con la intercesión de San Fermín, nos conceda la alegría de la paz y de convivencia, fruto a la vez de la verdadera religiosidad y de la auténtica cultura.
De Ecclesia Digital

No comments: