Los organizadores de la JMJ de Sydney han aprovechado la oportunidad que trae este evento para lograr llegar a otras denominaciones y religiones.
El coordinador del acontecimiento, el obispo Anthony Fisher, dice que desea que sirva para construir puentes entre todos los grupos.
“Nos da la oportunidad para decir al mundo que la religión no es algo, o no debería serlo, que divide a las personas, las convierte en agresivas o hace que peleen, sino que tiene un potencial único para unirlas”.
“El simple hecho de ser bienvenido a este tipo de celebración es algo que demuestra una mentalidad de continuación del legado no sólo Juan Pablo II sino que ya desde la Nostra Aetate. También el hecho de que el Papa Benedicto esté continuando con esa tradición y trayéndonos a la Jornada Mundial de la Juventud es algo que deberíamos ver como un paso muy positivo”.
“Hemos dicho varias veces que esto es una celebración católica abierta a todos y eso está sumamente implantado en las mentes de los jóvenes que van a venir”.
“Las Iglesias cristianas en Australia son únicas porqué se han puesto de acuerdo para rezar juntos y para rezar las unas por las otras. Así que es una brillante oportunidad para las iglesias y los líderes eclesiales para juntarse para rezar por la paz, la justicia y diferentes aspectos para los peregrinos, nuestra comunidad y nuestro mundo. También es una brillante oportunidad para rezar con el Papa Benedicto XVI en su primera visita a Australia”.
“Como musulmán así como creyente en Dios, estaba muy contento de estar aquí y ver a los jóvenes siendo apasionados por la fe y veo a la cruz y icono como una oportunidad para una inyección espiritual, como he dicho, a nuestra nación. Así que pienso que es muy bueno que la gente esté pensando en la fe y religión hoy en día”.
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