Lo hemos sabido al anochecer del miércoles, Ingrid Betancourt secuestrada durante seis años por la FARC, ha sido rescatada junto a tres estadounidenses y once militares. Se escapa a mi capacidad de análisis el por qué no ha sucedido antes el rescate. El por qué fracasaron las conversaciones con las FARC en anteriores ocasiones. Me basta saber que en Marzo cuando se rumoreaba insistentemente un acuerdo entre los Gobiernos de España y Francia como intermediarios para su liberación, yo escribía un post dedicado a ella y a cuantos junto a ella han vivido situaciones similares: Que la Divina Misericordia proteja a Ingrid Betancourt. Entonces se rumoreaba sobre su crítico estado de salud y también se llegó a sospechar que falleciese en las duras condiciones a las que estaba sometida en la selva.
Pues hoy es un gran día. A nadie se le escapa que la diplomacia Vaticana insiste sobre la crítica situación de este país. Colombia una democracia genocida, se titulaba uno de los cuadernos de Cristianismo y Justicia. Y en verdad el quiste de la guerrilla y el tráfico de drogas mezclados con intereses diversos, pone en una situación angustiosa al Gobierno de Uribe. Hoy, por ayer, el presidente se ha marcado un tanto a su favor.
Que mejor despedida de estas apresuradas notas, que la obra compuesta para la paz con letra de Juan Pablo II, que como todos saben tenía una predilección especial por la advocación de la Divina Misericordia. Que este canto de paz llegue también como homenaje a las gentes de Colombia.
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