Monday, September 22, 2008

Benedicto XVI: servir al Señor ofrece recompensa


El ser llamados por el Señor para trabajar en su viña ya es la primera gran recompensa, "ponerse a su servicio, colaborar en su obra, constituye de por sí, un premio inestimable, que paga toda fatiga". Lo dijo el Papa la mañana del 21 de septiembre, antes de la oración del Ángelus llevada a cabo en el patio del palacio apostólico de Castel Gandolfo.
Al referirse a la parábola del dueño de la viña presentada en el Evangelio del mismo domingo, Benedicto XVI recordó haberse presentado, el día de su elección, como "un obrero de la viña del Señor". La felicidad del trabajo que requiere el reino de los cielos, agregó, "lo prueba sólo quien ama al Señor y su reino; quien trabaja en cambio únicamente por el salario no se dará cuenta nunca del valor de este tesoro inestimable". Después de la oración del Ángelus, el Papa recordó a los pueblos golpeados por los violentos ciclones en los países del Caribe y los Estados Unidos de América, deseando que "al menos en estas circunstancias, la solidaridad y la fraternidad prevalgan sobre cualquier otra razón”. Al referirse al próximo encuentro de los líderes mundiales en Nueva York, en la sede de la ONU, para verificar que se logren los objetivos de la Declaración del Milenio, Benedicto XVI renovó la invitación "para que se tomen y apliquen con valentía, las medidas necesarias para erradicar la pobreza extrema, el hambre, la ignorancia y el flagelo de las pandemias que afectan, sobre todo, a los más vulnerables".
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