Friday, July 24, 2009

Espacio Sagrado


Mateo 13:18-23
Jesús dijo a sus discípulos: "Escuchen ahora la parábola del sembrador: Cuando uno oye la palabra del Reino y no la interioriza, viene el Maligno y le arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Ahí tienen lo que cayó a lo largo del camino. La semilla que cayó en terreno pedregoso, es aquel que oye la Palabra y en seguida la recibe con alegría. En él, sin embargo, no hay raíces, y no dura más que una temporada. Apenas sobreviene alguna contrariedad o persecución por causa de la Palabra, inmediatamente se viene abajo. La semilla que cayó entre cardos, es aquel que oye la Palabra, pero luego las preocupaciones de esta vida y los encantos de las riquezas ahogan esta palabra, y al final no produce fruto. La semilla que cayó en tierra buena, es aquel que oye la Palabra y la comprende. Este ciertamente dará fruto y producirá cien, sesenta o treinta veces más".

¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

Jesús explica la parábola del sembrador y la semilla. Sabe que tenemos diferentes niveles de escucha y de entendimiento. Quizás si este relato puede arrojar luz en nuestros deseos de dar fruto; o en conocer lo que puede impedirme escuchar plenamente la Palabra de Dios. Son espinas que todos tenemos; con Jesús las podemos arrancar, de modo de poder dar fruto más abundante.

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