Wednesday, July 08, 2009

Una encíclica serena y valiente


Acabo de leerme las 64 páginas de la nueva encíclica. Cáritas in veritate me parece un documento claro, sereno, valiente, oportuno y abierto. En línea con la Doctrina Social de la Iglesia y el Vaticano II propone una forma positiva de desarrollo con una novedad: servirse positivamente de la globalización para la solidaridad y la desaparición de las injusticias y crear una Autoridad mundial que acabe con los desmanes actuales. Dede luego más próximo en sus ideas a la socialdemocracia que al neoliberalismo económio salvaje.

Parece que Benedicto XVI tenía prácticamente escrita esta carta encíclica, que posiblemente es la que quedará más en la historia de su pontificado, cuando irrumpió en el mundo la crisis económica. Tuvo que perfilarla y ha salido a la calle precisamente en vísperas de la reunión del G-8 en Italia. Es un documento por supuesto escrito para la Iglesia y, como suelen hacer los papas con estos textos, a “todos los hombres de buena voluntad“. Parte de la idea de que sólo en la verdad resplandece la caridad, desde una fe que al mismo tiempo es ágape y logos. Su primer paso es la justicia: “La justicia es la primera vía de la caridad o, como dijo Pablo VI, su « medida mínima »,parte integrante de ese amor « con obras y según la verdad » (1 Jn 3,18)”.

Benedicto XVI da mucha importancia a la Populorum progressio y su idea del desarrollo integral, dedicándole el primer capítulo de la encíclica. En el segundo viene a aplicar ese desarrollo al momento actual y propone una nueva síntesis humanista. Ve la crisis como una ocasión para afrontar los problemas de un modo nuevo.

Veáse por ejemplo esta descripción.

“En los países ricos, nuevas categorías sociales se empobrecen y nacen nuevas pobrezas. En las zonas más pobres, algunos grupos gozan de un tipo de superdesarrollo derrochador y consumista, que contrasta de modo inaceptable con situaciones persistentes de miseria deshumanizadora. Se sigue produciendo « el escándalo de las disparidades hirientes ».
Lamentablemente, hay corrupción e ilegalidad tanto en el comportamiento de sujetos económicos y políticos de los países ricos, nuevos y antiguos, como en los países pobres. La falta de respeto de los derechos humanos de los trabajadores es provocada a veces por grandes empresas multinacionales y también por grupos de producción local”.

El Papa se plantea las injusticias del mercado global, su movilidad, su situación sindical, el eclectiscimo cultural, el hambre, la violencia, el fanatsimo religioso. “La correlación entre sus múltiples elementos exige un esfuerzo para que los diferentes ámbitos del saber humano sean interactivos, con vistas a la promoción de un verdadero desarrollo de los pueblos:

Por tanto el mercado, para realizarse adecuadamente, tiene que contar con la solidaridad. Por ejemplo un excelente párrafo sobre la importancia de la fraternidad en la globalización económica:

“El gran desafío que tenemos, planteado por las dificultades del desarrollo en este tiempo de globalización y agravado por la crisis económico-financiera actual, es mostrar, tanto en el orden de las ideas como de los comportamientos, que no sólo no se pueden olvidar o debilitar los principios tradicionales de la ética ocial, como la trasparencia, la honestidad y la responsabilidad, sino que en las relaciones mercantiles el principio de gratuidad y la lógica del don, como expresiones de fraternidad, pueden y deben tener espacio en la actividad económica ordinaria. Esto es una exigencia del hombre en el momento actual, pero también de la razón económica misma. Una exigencia de la caridad y de la verdad al mismo tiempo”.

Introduce además los conceptos de gratuidad y comunión en este nuevo panorama global. La empresa debe cambiar: “Uno de los mayores riesgos es sin duda que la empresa responda casi exlusivamente a las expectativas de los inversores en detrimento de su dimensión social”.
Ataca además el principio del placer por el placer que domina hoy a la sociedad:

“Se aprecia con frecuencia una relación entre la reivindicación del derecho a lo superfluo, e incluso a la transgresión y al vicio, en las sociedades opulentas, y la carencia de comida, agua potable, instrucción básica o cuidados sanitarios elementales en ciertas regiones del mundo subdesarrollado y también en la periferia de las grandes ciudades”.

Rompe con la división de empresas lucrativas y sin ánimo de lucro, a favor de un concepto de empresa intermedio que también ayuda al desarrollo. Habla de un cuidado responsable del medio ambiente, y una ecología del hombre:

“Debe proteger sobre todo al hombre contra la destrucción de sí mismo. Es necesario que exista una especie de ecología del hombre bien entendida.” Pide una humanidad interactiva ante el problema de la soledad: “Una de las pobrezas más hondas que el hombre puede experimentar es la soledad. Ciertamente, también las otras pobrezas, incluidas las materiales, nacen del aislamiento, del no seramados o de la dificultad de amar”.

Pues pertenecemos a una sola familia. Y aprovecha para atacar el sincrestimos, el laicismo y el fundamentalismo. Pero se muestra favroable a la colaboración de creyentes y no creyentes. Defiende el principio de susidiariedad, tan destacado por los papas, que permita incluso intervenir a los ciudadanos en el destino de sus impuestos y piensa en un sentido del turismo distinto, que mueva al mútuo conocimiento.

No falta en la encíclica el problema migratorio:

” Obviamente, estos trabajadores no pueden ser considerados como una mercancía o una mera fuerza laboral. Por tanto no deben ser tratados como cualquier otro factor de producción. Todo emigrante esuna persona humana que, en cuanto tal, posee derechos fundamentales inalienables que han de ser respetados por todos y en cualquier situación”.

Ni tampoco está ausente el tema del paro y el abuso financiero:

“Los agentes financieros han de redescubrir el fundamento ético de su actividad para no abusar de quellos instrumentos sofisticados con los que se podría traicionar a los ahorradores. Recta intención,transparencia y búsqueda de los buenos resultados son compatibles y nunca se deben separar.”

Benedicto XVI dedica un párrafo a la educación del consumidor y el estabelcimeitno de una Autoridad Política Mundial que orden los flujos migratorios y salvagurade el medio ambiente.

“El desarrollo integral de los pueblos y la colaboración internacional exigen el establecimiento de un grado superior de ordenamiento internacional de tipo subsidiario para el gobierno de la globalización149, que se lleve a cabo finalmente un orden social conforme al orden moral, así como esa relación entre esfera moral y social, entre política y mundo económico y civil, ya previsto en el Estatuto de las Naciones Unidas”.

El último capítulo lo dedica el papa a isuflar alma a la ténica y su conclusión a pedir un nuevo humanismo. Creo que se trata de un gran documento: sereno, sin estridencias, aportador de novedades y muy constructivo. Desde luego más próximo a la social democracia que al neoliberlismo económico.
Pedro Miguel Lamet
El alegre cansancio

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