Ildefonso Camacho, rector de la Facultad de Teología de Granada y responsable de la Fundación Loyola Andalucía
La Compañía de Jesús ultima la creación de la primera universidad privada andaluza
(Jesús Bastante).-"La compañía está llamada a estar en las fronteras, y esas fronteras no hay que entenderlas solo en términos geográficos", asegura Ildefonso Camacho. Este jesuita, rector de la Facultad de Teología de Granada, sabe mucho de fronteras, y a veces también de trincheras. Pese a ello, trabaja con ahínco en temas relacionados con la Bioética, el Diálogo Interreligioso... e impulsa, con el apoyo de la Compañía de Jesús, la creación de la Universidad Loyola, que en 2012 podría convertirse en la primera Universidad privada de Andalucía
D. Ildefonso nos acompaña para hablarnos de un nuevo proyecto, la creación de una Universidad jesuita en Andalucía...
Fundación Loyola Andalucía. La Compañía de Jesús ha creado esta fundación, con el objetivo de crear una universidad, utilizando como germen la facultad de la Compañía en Córdoba, ETEA, que tiene casi 50 años de vida. En este momento está constituida la fundación, el patronato ya aprobó la memoria para la universidad, y acabamos de presentar el expediente ante la Junta de Andalucía.
¿Ha puesto alguna pega la Junta?
Ninguno. En los muchos contactos que hemos tenido -antes estuvimos implicados en otro proyecto, la Universidad Fernando III, que fracasó-, la Junta lo considera la alternativa a aquello. Los contactos son positivos, porque no hay ninguna Universidad privada en Andalucía, y la Junta ve con buenos ojos que se cree alguna.
Parece extraño que la región más poblada de España no tenga presencia universitaria privada
No ha habido. Hubo algunos intentos, pero ninguno ha cuajado. Esperemos que éste cuaje.
La Compañía de Jesús, ¿apuesta por este proyecto?
Claro, es la Compañía la que lo ha impulsado. La fundación es de la Compañía. Siendo optimistas... depende de la Junta. Una vez presentado el expediente hay que pasar todo el trámite administrativo y político hasta que se dé la ley que aprueba la creación de la Universidad, que nosotros queremos y esperamos que se dé antes de que concluya la Legislatura (2012). Queremos aprovechar este tiempo. Y una vez que esté la ley de reconocimiento, es más rápido. Ojalá pudiéramos empezar para el curso 2012-2013.
¿A qué aspira la Universidad?
De momento, queremos establecernos en Córdoba y Sevilla, y después tratar de abrirnos a otras provincias. De momento, la Facultad de Teología de Granada no entra, pero el horizonte lógico sería la Universidad. Pero como tiene un estatus diferente -depende directamente de la Santa Sede- hemos preferido empezar con Córdoba y Sevilla.
¿Qué abanico de carreras?
Hemos utilizado tres criterios: el primero, el de la Compañía y los estudios que estén al servicio de la Compañía. El segundo, lo que nosotros sabemos hacer (Ciencias económicas y Empresariales, Ciencias Sociales, Jurídicas...) Y después, las demandas de mercado que no se pueden ignorar. Queríamos empezar con carreras en el ámbito de la Economía, Ciencias Sociales, Derecho e Ingenierías. En el proyecto hemos encontrado un apoyo muy importante en Abengoa, y eso es una ayuda buena para poner en marcha alguna titulación de Ingeniería. Hay otros dos campos en los que nos gustaría entrar, que son Comunicación y Educación, porque son dos tradiciones importantes en la misión de la Compañía. Iremos poco a poco.
¿De dónde surge esta idea?
Siendo muy realistas, surge del hecho de que un centro como ETEA, que es privado pero adscrito a una Universidad pública, tiene un estatus muy inestable. Por otra parte, ETEA tiene un nombre y una tradición en Córdoba, y en alguna otra provincia. Para consolidar ese proyecto, primero intentamos la Fernando III y ahora este. Por otro lado la Compañía está en un proceso de unificación de todas las provincias en una sola, también esto lo hemos pensado como una forma de presencia de la Compañía en el mundo universitario en todo el territorio español. Tenemos comillas, Deusto, Esade, Sarriá... otros centros más pequeños... En la mitad sur sólo tenemos ETEA, la Facultad de Granada y en Úbeda Safa. Crear sobre la base de que en Andalucía no tiene una Universidad privada.
¿Cómo ve la Compañía hoy?
Está en un momento de readaptación en el contexto de disminución del número de jesuitas pero de incremento grande de la red de colaboradores laicos, no sólo los contratados sin aquellos que asumen el carisma de las instituciones. Cuando consultamos al entonces padre general (Kolvenbach) sobre nuestra intención de convertir ETEA en un centro universitario, nos dijo que no tenía ningún inconveniente siempre que diéramos protagonismo a los laicos comprometidos con el carisma y la misión de la Compañía. Y así lo hemos hecho.
¿Es el futuro de las congregaciones religiosas coaligarse con laicos? ¿Por convencimiento o necesidad?
Por convencimiento es, por falta de vocaciones, bueno, es un factor que también influye. Pero esto hay que verlo en las transformaciones que se dieron tras el Concilio Vaticano II. Lo que pasa es que estas cosas es más fácil abrir el camino, que avanzar por él. El Concilio abrió un camino importante, pero nos está costando trabajo avanzar por ahí. Venía leyendo un libro sobre el Vaticano II en el momento actual, e insistía en una idea importante: el Vaticano II, en gran parte, está todavía por hacerse realidad.
¿Reconocemos lo adultos laicos que no vivimos los resultados del Concilio, o que se nos ha olvidado o perdido por el camino algo?
Esas afirmaciones en términos generales son difíciles de aceptar o rechazar. Queda mucho camino por recorrer. Uno ve que hay grupos y personas que avanzan en ese terreno, pro también que queda mucho por hacer. Por otra parte es verdad que en este momento, no sé si la Iglesia en general abre todos los caminos y facilita todo tipo de incorporaciones y compromisos de cristianos a tareas de responsabilidad, no simplemente a expensas de lo que le van diciendo. Esa mayoría de edad sería necesario potenciarla más desde la Iglesia.
Ildefonso Camacho también es rector de la Facultad de Teología de Granada.
Yo siempre digo que soy fundamentalmente profesor de DSI y Moral Social, y luego otras cosas que a uno le van cayendo, y son transitorias. En estos 7 años como rector, lo más importante es caer en la cuenta de que el contexto la invita a orientarse de manera distinta a lo que ha venido siendo desde sus orígenes (después de la Guerra Civil). ¿En qué sentido? En el de que tradicionalmente una facultad de teología era un centro para personas que aspiraban a convertirse en sacerdotes, y hoy día ha habido un movimiento de dispersión, las diócesis han recuperado sus seminarios antiguos, con centros agregados... Se ha reducido el centro de alumnos, ha habido una reducción de vocaciones al sacerdocio, pero aparecen otras demandas, como las religiosas, que antes no solían ir a las facultades de Teología. Y luego laicos. Eso diversifica mucho el alumnado. No logramos los números de hace 30 o 40 años, pero además las facultades de Teología -igual que la futura Universidad- no pueden limitarse a las enseñanzas puramente oficiales, sino diversificar las tareas. En Granada hemos creado la Cátedra Andaluza de Bioética y la de Diálogo de las Religiones.
La de Bioética ya va por su cuarta edición...
Sí, y es interesante, porque la Consejería de Salud de la Junta reconoce los cursos nuestros en los baremos que ellos tienen. Y no nos ponen ninguna condición. A veces me han dicho que nos ponen condiciones, a nosotros ninguna. Tenemos un acuerdo firmado con la consejería, pero sin condicionamiento alguno sobre las personas y el temario, y a cambio de nada. No hay ninguna condición ideológica ni de contenidos o personal. Para aprobar un curso nunca me han pedido la lista de profesores.
Granada es una ciudad preciosa, y una ciudad que rezuma historia religiosa por todas partes. ¿De ahí la cátedra de Diálogo Religioso?
La hemos querido hacer porque no hay nada parecido en Andalucía, y por otra parte porque es un tema cada día más importante. Hemos empezado con el mundo islámico, porque es el que tiene una presencia más fuerte en Andalucía. Tuvimos un congreso en febrero, y hemos seguido. La idea es la de crear espacios de encuentro, donde participe el mundo universitario, el mundo eclesial y el mundo de las otras religiones. Y ahí hemos empezado sobre todo con el mundo islámico, porque es una realidad histórica y sociológica. Pero es complicado. En Andalucía hay grupos muy cercanos al diálogo y otros no tanto.
También queremos estar en contacto con otras realidades. Ya sabes que el papa Benedicto XVI, cuando recibió a los jesuitas en congregación general, una de las cosas que alabó es que la compañía está llamada a estar en las fronteras, y esas fronteras no hay que entenderlas solo en términos geográficos. Todas estas cosas están en la frontera. Lo que pasa es que esto te lleva a moverte en terrenos que tienen cierta ambigüedad y que no siempre son entendidos. Es el precio que hay que pagar por estar en ciertos lugares. BXVI mencionó la obra del padre Ricci y del padre Nobili en China y en India, con toda la tarea de acercamiento en aquel tiempo... No olvidemos que ni el padre Ricci ni el padre Nobili su actividad fue bien recibida en su tiempo. Tuvieron que pasar cuatro siglos para que se dijera que aquello fue realmente una labor encomiable.
Con la globalización, el período de "purgatorio" es menor...
Ojalá
Y el papa, al hablar de fronteras, también está hablando que no debe haber trincheras
Estar en la frontera es estar en un terreno donde uno ve que va dejando de pisar su propio territorio, pero lo sigue pisando, y por otra parte también, y no sólo en términos geográficos, sino en planteamientos, enfoques, puntos de vista... Se trata de establecer diálogo en este campo. El tema de Bioética nos parece interesante, pero tiene sus dificultades, así como el del Diálogo Interreligioso. Pero se trata de crear espacios de encuentro. Hay que encontrar tiempo para poder hablar sin que los medios estén presentes. Primero, elaborar pensamientos, ya habrá tiempo para difundirlos. En este mundo, al final uno tiene que terminar "vendiendo" un mensaje, pero primero hay que crear los espacios donde se elabore el pensamiento para que se dé el diálogo. Y en ese campo, modestamente, creo que estamos dando nuestros pasos.
RD
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