Cada año, son miles los peregrinos que llegan hasta Panimávida para agradecer a San Sebastián los favores recibidos. Este año, la fiesta tendrá un significado especial, ya que la centenaria parroquia del pueblo, que había resultado dañada por el terremoto de febrero de 2010, nuevamente será abierta a la comunidad. Los trabajos de restauración de esta iglesia, acogidos a la Ley de Donaciones Culturales, fueron financiados en gran parte por Colbún SA y gestionados por la fundación Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS), quien incorporó a connotados expertos en el tema patrimonial.
La fiesta de San Sebastián es una arraigada tradición de la religiosidad popular de la zona central. En Panimávida la fiesta cobra especial relevancia y la tranquilidad habitual de este pueblo se revoluciona con la llegada de miles de peregrinos. Durante ese fin de semana, todas las actividades se detienen y el pueblo entero se vuelca a recibir a los visitantes y a celebrar a su santo. Los fieles, muchos de los cuales visten trajes típicos del campo chileno, vienen de distintos lugares de nuestro país para agradecer a su Patrono por los favores recibidos y pagar sus mandas. Destacan los 3.000 huasos montados que, para la fiesta, visten sus mejores trajes.
La fiesta de San Sebastián comenzó a celebrarse en Panimávida en 1945, año en que la imagen del santo llegó al pueblo. Las celebraciones comienzan la víspera de la fiesta. Durante toda la noche, las personas le rinden un homenaje con canciones folklóricas y pies de cuecas.
El domingo, miles de personas a pie, en bicicleta y a caballo, acompañan al santo en su procesión hasta la plaza principal de Panimávida, frente a la Parroquia Nuestra Señora de la Buena Esperanza, donde se celebra la Misa principal.
En el marco de esta multitudinaria fiesta el Obispo de Linares, Monseñor Tomislav Koljatic, inaugurará el próximo domingo la parroquia Nuestra Señora de la Buena Esperanza de Panimávida, que resultó dañada producto del terremoto de febrero de 2010. En un esfuerzo conjunto, la Parroquia Nuestra Señora de la Buena Esperanza, Colbún SA y la fundación Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS) se unieron para restaurar este templo, en cuyo interior se guarda la imagen de San Sebastián. Construido hacia fines del siglo XIX, destacan en él el trabajo de adobe de sus muros y la lograda decoración neoclásica de su interior. “Esta iglesia tiene un gran valor patrimonial no sólo para Panimávida y la Región del Maule, sino también para la memoria colectiva de todo nuestro país, donde a causa del ímpetu de la naturaleza, son muy pocas las cosas que se mantienen a través de las generaciones”, señala Pedro Vial, Director de Asuntos Públicos para la Región del Maule de Colbún S.A. Los trabajos tuvieron un costo de $77.288.208.- y fueron administrados por AIS.
Como señala la Presidenta de esta fundación, Christiane Raczynski: “Este templo es para las familias un lugar de encuentro con Dios y con su comunidad; es también el lugar físico que resume algunos de los sucesos más importantes de su vida. Aquí se casaron, bautizaron a sus hijos, lloraron a sus muertos y celebraron la vida. La iglesia es el lugar que atesora la historia de los habitantes de Panimávida”. La restauración de esta iglesia se hizo con un equipo de profesionales expertos en patrimonio: el arquitecto Hernán Rodríguez Villegas y el restaurador Francisco Monge, quien asesoró los trabajos de reconstrucción del cielo neoclásico del templo.
Obispado de Linares
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