La Corte no sanciona al sacerdote al haber prescrito los delitos
Ha quedado fehacientemente acreditado la existencia de los delitos de abusos deshonestos reiterados
(Jesús Bastante).- En bastantes ocasiones se acusa a la Iglesia católica de no hacer lo suficiente para atajar la grave lacra de abusos sexuales a menores en su seno, una de las grandes cruces del pontificado de Benedicto XVI. Sin embargo, la realidad nos demuestra cómo las nuevas normas dictadas por el Papa en 2010 resultan bastante más duras, y eficaces, que algunas normativas civiles. El caso más evidente es el del sacerdote chileno Fernando Karadima, confinado a permanecer en un convento y a no ejercer su ministerio tras un juicio canónico, pero cuyo juicio civil ha sido cerrado por prescribir los delitos, pese a demostrarse su culpabilidad.
Las normas vaticanas endurecieron el tratamiento de los implicados en casos de abuso sexual a menores, reclamando a las autoridades eclesiásticas la total colaboración con la Justicia civil y ampliando de 10 a 20 años la prescripción de los delitos canónicos en este particular. Sin embargo, en Chile, estas faltas dejan de ser imputables a los diez años, con lo que Karadima se librará de entrar en prisión.
Así lo resolvió esta semana la Cuarta Salta de la Corte de Apelaciones del país andino, confirmando el sobreseimiento sin levantar cargos contra él. Pese a ello, la resolución estima que "ha quedado fehacientemente acreditado tanto la existencia de los delitos de abusos deshonestos reiterados, previsto y sancionado en el Artículo 336 del Código Penal, vigente a la época en que ocurrieron los hechos, cometidos en las personas de Juan Carlos Cruz Chellew, James Hamilton Sánchez y de Fernando José Batlle Lathrop, como, asimismo, la participación en que ellos les ha correspondido, en calidad de autor, al sacerdote Fernando Karadima Fariña".
Karadima, por tanto, ya no tiene cuentas pendientes con la Justicia. Sí con la legislación canónica. Desde hace meses, el ex párroco de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de El Bosque, Providencia cumple con sus días de "oración y penitencia" que le impuso El Vaticano al declararlo culpable en un juicio canónico por denuncias de abusos sexuales reiterados a menores.
"No está en la cárcel", afirmó el presidente del Episcopado chileno, Ricardo Ezzati, tras visitarlo en Navidad. Eso sí, el religioso sólo puede salir del recinto "con personas autorizadas, que no estén dentro de las restricciones establecidas por la Santa Sede".
Karadima, de 80 años, es un reconocido formador de sacerdotes que hoy ocupan altos cargos dentro de la Iglesia chilena, que fue denunciado por abuso sexual por cuatro hombres durante sus visitas a una parroquia ubicada en un exclusivo barrio en el oriente de Santiago, a la que asistían de pequeños.
El proceso judicial por las denuncia de cinco hombres en contra del sacerdote ya fue sobreseído en diciembre de 2010, pero fue reabierto en marzo pasado después de que el Vaticano lo encontrara culpable de abuso de menores y lo obligara a "retirarse a una vida de oración y de penitencia", según un comunicado.
Según datos de la Iglesia chilena, 17 sacerdotes y un diácono han sido condenados en Chile por abusos sexuales a menores, ocho de ellos por la vía eclesiástica y diez por la justicia ordinaria.
RD
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