El trato a las nanas en Chicureo y otras partes da que pensar. Da más que pensar cuando el mal-trato a las nanas es ejercido por sectores sociales cristianos. ¿Cristianos? No, anti-cristianos. El cristianismo verdadero pone las cosas patas para arriba. Es normal que los privilegiados en una sociedad consideren en menos a los demás. En la óptica de Jesús, en cambio, los despreciados son los predilectos de Dios.
¿Pudo la virgen María ser nana? Perfectamente sí. Habiendo huido a Egipto, ella, José y el niño, no sería extraño que ella haya debido trabajar. ¿Por qué no? Eran pobres. ¿Habrá cuidado niños egipcios? Si lo hizo, probablemente los amó con el mismo amor con que amó a Jesús. ¿O los amó menos porque no eran suyos? María es madre de Jesús y madre nuestra gracias al Espíritu Santo que es el amor mismo de Dios en su corazón, y el nuestro, que nos hace trascender los lazos de la carne para amar al prójimo sin discriminaciones.
Digo esto porque los cristianos que tratan a las nanas como las servidoras que ellos merecen para distinguirse entre los distinguidos, no saben que han entendido todo al revés. No los “salvarán” sus ave marías y sus rosarios, sino un hombre que no podemos descartar que haya sido hijo de una nana. Una mujer que tal vez no pudo cuidarlo varias horas en el día, porque debió cuidar niños ajenos.
Jorge Costadoat SJ
Cristo en Construcción
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