Lo ha dicho el Papa durante el Angelus con motivo de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado
REDACCIÓNROMA
Los emigrantes «no son números», sino «hombres y mujeres, niños, jóvenes y ancianos que buscan un lugar dónde vivir en paz». Lo ha subrayado Benedicto XVI después de la oración del Angelus, con motivo de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado.
«Millones de personas se ven implicadas en los fenómenos migratorios, ¡pero no son números!», ha exclamado el Papa, resaltando que «son hombres y mujeres, niños, jóvenes y ancianos que buscan un lugar dónde vivir en paz».
El Pontífice luego ha recordado que en su Mensaje para esta Jornada ha «llamado la atención sobre el tema “Migraciones y Nueva Evangelización”, subrayando que los emigrantes no sólo son destinatarios, sino también protagonistas del anuncio del Evangelio en el mundo contemporáneo».
Ratzinger luego ha enviado un «cordial saludo» a las comunidades de emigrantes de Roma, hoy presentes en la Plaza de San Pedro.
Antes de la oración mariana, el Pontífice había afrontado el tema de la vocación sacerdotal. El papel del «guía espiritual» es «decisivo» en el «camino de fe» y de manera particular «en la respuesta a la vocación de consagración especial al servicio de Dios y de su pueblo».
Benedicto XVI, hablando de vocaciones, ha subrayado la importancia, en este sentido, del «testimonio» de otros sacerdotes con un papel de guía y de ejemplo, de «hermanos mayores».
«De hecho, la fe cristiana, por sí misma, presupone el anuncio y el testimonio», ha dicho el Papa a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, comentando las lecturas de hoy.
«Y de este modo, el llamamiento para seguir a Jesús más de cerca -ha proseguido-, renunciando a formar una familia propia para dedicarse a la gran familia de la Iglesia, pasa normalmente a través del testimonio y la propuesta de un “hermano mayor”, normalmente un sacerdote».
«Esto sin olvidar el papel fundamental de los padres -ha añadido- que con su fe genuina y alegre y su amor conyugal muestran a los hijos que es bello y posible construir toda su vida sobre la base del amor de Dios».
Benedicto XVI luego ha dedicado la oración mariana del Angelus a «todos los educadores, especialmente a los sacerdotes y padres, para que sean plenamente conscientes de la importancia de su papel espiritual, para dar a los jóvenes, además de un crecimiento como seres humanos, la respuesta a la llamada de Dios».
Vatican Insider
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