Ocupará menos habitaciones para vivir con sencillez. Ha sido ya sustituido el trono por una silla
GIACOMO GALEAZZICIUDAD DEL VATICANO
La «revisión de gastos» de Bergoglio. Cada uno de sus gestos simplifica la institución y acerca el papado a los fieles, mientras líderes religiosos y políticos rinden homenaje a la «revolución» de Francisco. Obama le ha escrito una carta para ofrecerle colaboración, Dilma Rousseff lo define como «un gran Pontífice», luego, al terminar la audiencia bromea: «Si el Papa es argentino, Dios es brasileño».
El «Bergoglio style» residirá también en el Apartamento. «Aquí hay espacio para 300 personas», se sorprende Francisco: en el Palacio Apostólico se están haciendo trabajos de reforma y él ha pedido vivir «en la simplicidad y en el compartir». El Jueves Santo, además, serán los pobres las figuras centrales de la misa «in coena Domini». Bergoglio ha dado disposiciones a Caritas Diocesana para que distribuya tarjetas de invitación entre los indigentes. Otra excepción hecha al protocolo tiene que ver con la Sala Clementina (en la cual el Pontífice recibió a los delegados de las otras confesiones), el trono ha sido sustituido por una simple silla.
Mientras tanto el Rabino Jefe de Roma Riccardo Di Segni estudia una visita papal a la Sinagoga y el Patriarca Ecuménico de Constantinopla Bartolomé lo ha invitado a hacer juntos un viaje a Tierra Santa en el 2014, 50 años después del abrazo entre Athenagoras y Pablo VI, pioneros del diálogo católico-ortodoxo. En el encuentro de ayer emergieron pistas unitarias: compromiso a favor del diálogo teológico, trabajo común en defensa del ambiente, una visita a Fanar, en Estambul, en noviembre.
Pero no falta la polémica. El vicepresidente de Estados Unidos Joe Biden y la líder democrática del Congreso, Nancy Pelosi, católicos, recibieron en San Pedro la comunión en la misa de inauguración de Francisco. Más de uno ha criticado la oportunidad de ese gesto: ambos son «pro choice», favorables a la libertad de las mujeres para decidir la interrupción del embarazo. El reverendo Frank Pavone, fundador de un grupo de sacerdotes que se opone al aborto, intervino la víspera de la ceremonia en el Vaticano reclamando que Biden y la Pelosi fueran excluidos de la Eucaristía. «La comunión significa unión y ellos no están en unión con la Iglesia sobre los valores morales más fundamentales como el derecho a la vida». En el 2008, Pelosi, entonces speaker del Congreso, tomó la ostia durante la celebración de Benedicto XVI en Washington. Junto a ella recibieron la comunión también el actual secretario de Estado, John Kerry y el senador Chris Dodd, ambos católicos «pro choice». Ante el encuentro en Castel Gandolfo con su predecesor, Francisco leerá el dossier preparado por los cardenales investigadores, Herranz, De Giorgi y Tomko, sobre el escándalo Vatileaks.
El Padre Nicolás, el jefe mundial de los Jesuitas ha ofrecido a su hermano Bergoglio «todos los recursos de los que dispone la Compañía de Jesús, visto que en su nueva posición necesitará consejos, ideas y personas».
«La humildad es lo que garantiza la presencia del Señor: cuando alguien es autosuficiente y tiene todas las respuestas a todas las preguntas, esta es una prueba de que Dios no está con él, la suficiencia se advierte en todos los falsos profetas, en los líderes religiosos equivocados, que usan la religión para su ego», señala Bergoglio en el libro recientemente publicado «Sobre el Cielo y la Tierra», escrito junto al rabino Abraham Skorka.
Francisco habla de política, religión y poder, anticipando las directrices del nuevo pontificado: relaciones con el poder político, diálogo con las otras religiones y con los no creyentes, apertura a los divorciados y a los irregulares. Pero también principios firmes y consiguiente cierre hacia las uniones entre gays, la eutanasia y el aborto. Y una nueva organización de la Curia, más ligera y menos rígida además de una gestión más colegial. Conceptos repetidos ayer a los líderes religiosos. Que el hombre «tenga sed de absoluto, que no prevalga un punto de vista humano que reduce al hombre a lo que produce y a lo que consume: es una de las insidias más peligrosas de nuestro tiempo».
En el 2009 firmó el prefacio de un thriller ambientado en la Jerusalén del Siglo I. Ahora se prepara para visitar la Ciudad Santa con el sucesor de San Andrés: «mi hermano». Y los musulmanes (IUMS) abren de nuevo el diálogo.
Vatican Insider
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