El nuevo proyecto intentaría pasar al banco bajo el control directo de la Santa Sede, es decir de la Pontificia Comisión del Estado de la Ciudad del Vaticano, ente que se ocupa de la administración y actualmente es presidido por el gobernador, cardenal Giuseppe Bertello.
El Vaticano estaría preparando una reforma del IOR, el Instituto para las Obras de Religión, más conocido como Banco Vaticano, y al parecer el papa Francisco estaría intentando que se haga con la máxima transparencia. Centro de distintos escándalos financieros en los últimos años y en las décadas pasadas, el IOR debería ajustarse a las normas bancarias de la Unión Europea para poder entrar en la llamada “lista blanca” de las instituciones crediticias. Pero esto no ha ocurrido hasta ahora, aunque algunas mejoras en este sentido fueron realizadas durante el pontificado de Benedicto XVI.
El Vaticano estaría preparando una reforma del IOR, el Instituto para las Obras de Religión, más conocido como Banco Vaticano, y al parecer el papa Francisco estaría intentando que se haga con la máxima transparencia. Centro de distintos escándalos financieros en los últimos años y en las décadas pasadas, el IOR debería ajustarse a las normas bancarias de la Unión Europea para poder entrar en la llamada “lista blanca” de las instituciones crediticias. Pero esto no ha ocurrido hasta ahora, aunque algunas mejoras en este sentido fueron realizadas durante el pontificado de Benedicto XVI.
Creado en 1942 por el papa Pio XII, el IOR es un instituto privado con sede en la Ciudad del Vaticano. Tiene un Consejo de Administración integrado por cardenales que a su vez informan al Papa, y un presidente generalmente proveniente del mundo de las finanzas, como el actual, el alemán Ernst von Freyberg. Cuenta con una serie de normas particulares, como el hecho de que sus balances no son publicados. En la década del 80 del siglo pasado, el IOR, presidido entonces por el cardenal Paul Marcinkus, fue motivo de algunos escándalos cuando se descubrió, luego del crac del Banco Ambrosiano, que junto a este banco había hecho una serie de operaciones financieras para exportar dinero ilegalmente desde Italia y lavar dinero de la mafia. Marcinkus fue defenestrado pero el IOR siguió existiendo y siendo centro de otros manejos poco claros en las décadas sucesivas.
El IOR fue uno de los muchos temas que discutieron los cardenales cuando estuvieron reunidos este mes en las llamadas “congregaciones generales”, es decir las reuniones preliminares al cónclave. Allí se fueron interiorizando de todos los problemas que actualmente tiene la Santa Sede, no sólo a nivel económico, como para presentar un panorama del qué hacer al futuro papa. Sobre el IOR y sus negocios trataban algunos de los documentos filtrados a la prensa en el llamado Vatileaks, y una de las razones por las que saltó el presidente precedente, Ettore Gotti Tedeschi en 2012. Gotti Tedeschi insiste ahora en hablar personalmente con el papa Francisco y dice que si no se lo permiten dirá todo a la prensa. Por lo que hay que deducir en consecuencia que hay muchas cosas interesantes que no se saben. El papa Benedicto XVI encargó a una comisión de tres cardenales que hiciera un informe detallado sobre el Vatileaks. Ese informe fue entregado exclusivamente al hoy papa emérito y éste decidió que pasara exclusivamente a las manos del nuevo pontífice. Durante las congregaciones, no obstante, los tres cardenales que lo redactaron, respondieron preguntas del colegio cardenalicio.
El nuevo proyecto, al parecer, intentará pasar al IOR bajo el control directo de la Santa Sede, es decir de la Pontificia Comisión del Estado de la Ciudad del Vaticano, ente que se ocupa de la administración y actualmente presidido por el gobernador, cardenal Giuseppe Bertello. Ayer el papa Francisco recibió en audiencia privada al cardenal Leonardo Sandri, que además de ser argentino como él es miembro de la Pontificia Comisión que administra el Vaticano por lo que se supone que ambos discutieron este tema. Esto de dejar de ser un ente privado para pasar a ser controlado oficialmente por la Santa Sede, le permitiría hacer una serie de revisiones y responder a los pedidos de investigación que han planteado algunos fiscales italianos. No todos los cardenales estarían a favor de este nuevo proyecto y la prensa italiana dice que el decano del cuerpo cardenalicio, Angelo Sodano, y el mismo Sandri, preferirían dejar las cosas como están.
Es difícil que el papa Francisco se esté ocupando personalmente de este complicado asunto en estos días, porque recién ha comenzado su pontificado y porque está por ahora cumpliendo con los primeros pasos que exige el protocolo, como recibir ayer en el Vaticano a todo el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede. Y hoy tiene una reunión muy importante y sin precedentes: se verá con el papa emérito Benedicto XVI en Castel Gandolfo, la residencia pontificia a unos 40 Km de Roma, donde vive el papa Ratzinger.
Pero el IOR sigue dando que hablar y por eso el Pontífice deberá enfrentar rápidamente el problema. Un pequeño escándalo se agregó hace algunos días, cuando dos exponentes del “banco de Dios” como algunos lo llaman, un abogado y un monseñor, se negaron a abrir sus maletas en el aeropuerto romano de Ciampino presentando un pasaporte diplomático. Lo que desató no pocas polémicas porque después de varias llamadas telefónicas al Vaticano, las dos personas pudieron dejar el aeropuerto sin abrir sus bolsos.
Pero para el IOR hay quien propone soluciones más equitativas, como la revista Familia Cristiana que en Italia representa a sectores progresistas de la Iglesia. Para Familia Cristiana lo ideal sería transformar el IOR en un banco ético, donde el dinero se usaría para dar créditos a proyectos de solidaridad y no para operaciones financieras.
Elena Llorente
Página 12
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