¡Qué pidan perdón públicamente!
Gloria y alabanza a sus "defensores": Uriarte,
Ravasi, Müller, Pikaza, Arregi, Queiruga,
Vitoria..
Tras un largo calvario de varios años, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha sentenciado sobre el libro de José Antonio Pagola 'Jesús. Aproximación histórica'. Y la sentencia ha sido absolutamente absolutoria. En fondo y forma. El dicasterio vaticano asegura que, en la obra, "no hay nada contrario a la fe" y ni siquiera le pide revisión del enfoque o de la metodología. Blanco, absolutamente blanco. La noticia, amén de alegrarnos profundamente, deja en evidencia a los "inquisidores" del teólogo vasco y honra a sus "defensores".
Oprobio, pues, a los inqisuidores. Que tienen nombres y apellidos. El obispo de Córdoba,Demetrio Fernández, el primero en tirar la piedra, con acusaciones terrible sy sin argumentar. El propio de San Sebastián, José Ignacio Munilla, por no defender a su cura-teólogo y quitarse de en medio con disculpas vanas. El ahora auxiliar de Getafe, monseñor Rico Pavés, uno de los máximos instigadores de la persecución. El teólogo José María Iraburu, con descalificaciones groseras de la obra de Pagola. Y, por supuesto, las terminales mediáticas, que no nombramos para no hacerles un favor, que instigaron a la "pedrea" y al fuego de la hoguera.
Vergüenza para los que, sin tirar directamente piedras, se hicieron el sueco o se lavaron las manos: el cardenal Rouco Varela (sin cuyo permiso no se mueve un dossier en España), el portavoz del episcopado, Martínez Camino, o el presidente y los miembros de la comisión episcopal de Doctrina de la Fe de aquella época.
Gloria y alabanza por los siglos a sus "defensores". El primero y principal, que se dejó mucho en el empeño, el obispo emérito de San Sebastián, Juan María Uriarte: le puso su nihil obstat y con razón. El prefecto emérito de Doctrina de la Fe, Levada, y el actual, Müller. Y, por supuesto, el secretario de la CDF, el jesuita Ladaria. Y, por último, el papable ministro emérito de Cultura del Papa, cardenal Ravasi, que no sólo defendió públicamente la obra de Pagola, sino que la alabó como una de las mejore sobras de Cristología de los últimos años. Y recibió por ello incontables "palos" de los tira-piedras habituales.
Gloria y alabanza a muchos teólogos, quye defendieron a su colega encarnizadamente. Con especial mención a Xabier Pikaza, Andrés Torres Queiruga, José María castillo, Juan Antonio Estrada, Jose Arregi, Javier Vitoria, Jesús Martínez, José Ignacio Calleja, Felicísimo Martínez...y tantos otros, a los que pido perdón por olvidarme de sus nombres en medio del "fragor" papal romano de estos días.
Los del oprobio deberían tener la suficiente humildad como, para pedir perdón públicamente. Sólo así repararían el daño causado. Porque causaron mucho daño a un teólogo excelente, que sufrió sus ataques en su corazón de pastor y en su propia salud. No hay derecho a que se vayan de rositas. Esperamos que, cuanto antes, se disculpen. Y, por supuesto, públicamente. Porque pública fue su condena.
A los que se lavaron las manos, su propia conciencia les pasará la cuenta.
¡Enhorabuena, José Antonio! Y a seguir iluminando el camino de los que queremos seguir (aunque sea de lejos) al Señor del Reino. Sin tirar piedras a los demás. Sin encender hogueras.
José Manuel Vidal
José Antonio Pagola: "La Congregación reconoce que mi libro no contiene ninguna proposición contraria a la fe"
"NO me piden revisión del enfoque ni de la metodología de mi obra"
"Me han pedido que introduzca en futuras
ediciones 'las modificaciones' sugeridas
por mí mismo"
(José Antonio Pagola).- He recibido con satisfacción la resolución definitiva de la Congregación Romana para la Doctrina de la Fe sobre mi libro, Jesús. Aproximación histórica. Con este motivo quiero dirigirme a quienes han leído mi libro o han seguido de cerca las polémicas suscitadas a lo largo de estos seis años.
1. Antes que nada, quiero decir que recibo las decisiones que se han tomado sobre mi libro como un estímulo que me reafirma en lo que, en estos momentos, es el único objetivo de mi vida: contribuir a que los hombres y mujeres de hoy podamos conocer mejor la personalidad apasionante de Jesús, acoger con más entusiasmo su proyecto de construir un mundo más humano, y acercarnos con más fe al misterio de esperanza que se encierra en su persona.
1. Antes que nada, quiero decir que recibo las decisiones que se han tomado sobre mi libro como un estímulo que me reafirma en lo que, en estos momentos, es el único objetivo de mi vida: contribuir a que los hombres y mujeres de hoy podamos conocer mejor la personalidad apasionante de Jesús, acoger con más entusiasmo su proyecto de construir un mundo más humano, y acercarnos con más fe al misterio de esperanza que se encierra en su persona.
2. A quienes habéis leído mi libro os puede interesar conocer, aunque sea de manera concisa, las principales decisiones tomadas por Roma. En lo referente a cuestiones doctrinales, la Congregación reconoce que mi libro no contiene ninguna proposición contraria a la fe, por lo cual no me ha pedido corregir ningún error doctrinal o afirmación herética. En lo referente a cuestiones metodológicas, la Congregación hace diversas consideraciones sobre el objetivo y la naturaleza de mi libro, y sobre la relación entre fe e investigación histórica. Sin embargo, no ha considerado necesario pedirme una revisión del enfoque de mi obra ni tampoco corrección alguna sobre la metodología que empleo en mi trabajo .
3. Lo que se me ha pedido es que, "para evitar equívocos y malentendidos" introduzca en futuras ediciones "las modificaciones" sugeridas por mí mismo,en torno a cinco puntos concretos. No he dudado en ningún momento en colaborar con esta disposición, pues lo único que he buscado siempre ha sido que mi libro siga sembrando la Buena Noticia de Jesús. La nueva edición saldrá próximamente.
4. En estos momentos quiero agradeceros vivamente a los que , a lo largo de estos años, me habéis manifestado de diversas maneras vuestra cercanía y apoyo incondicional. He podido leer conmovido la experiencia que habéis vivido muchos de vosotros al leer mi libro. Me decís que Jesús ha cambiado radicalmente vuestra vida, que en él os habéis encontrado por fin con un Dios Amigo, que os habéis reafirmado en vuestra fe, que os habéis comprometido a vivir de manera evangélica... Gracias a todos. Me habéis hecho experimentar que Jesús sigue vivo en medio de nosotros.
5. Ahora solo miro al futuro. Quiero vivir mis últimos años colaborando en lo que considero la tarea más urgente en la Iglesia actual: volver a Jesucristo como la única verdad de la que nos está permitido vivir y la única fuerza que nos puede hacer caminar hacia una Iglesia más evangélica al servicio de un mundo más humano. Ya no sabría vivir de otra manera.
RD
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