Tuesday, March 12, 2013

Recogiendo la tarde en el Vaticano

Los cardenales juran en la Capilla Sixtina guardar el secreto del cónclave

12 de marzo, 2013. (Romereports.com) Éstas son las últimas imágenes que podremos ver de los purpurados antes de que se encierren bajo llave en la Capilla Sixtina.


Los 115 cardenales entraron en la Capilla Paulina en orden inverso de precedencia, desde los más recientes a los veteranos. Pero todos tienen una tarea importante, elegir al líder y referente de más de mil millones de católicos.

Encabezados por el cardenal americano James Harvey que es el miembro más reciente dentro de la orden más baja, el Colegio cardenalicio entró en la Capilla Sixtina donde se situaron también siguiendo el orden de precedencia.

Junto a ellos, estaba el personal que les asiste en la Capilla y que también está bajo juramento. Sin embargo, cuando comenzó la votación, todos tuvieron que abandonar la sala.

Todos los cardenales realizaron conjuntamente un primer juramento de respeto a las reglas del cónclave. Además, se comprometieron a mantener bajo secreto todo lo que suceda en el cónclave.

El siguiente paso fue el juramento personal. Cada cardenal se acercó al altar de la Capilla Sixtina de acuerdo con su orden y antigüedad.

Con la mano sobre el Evangelio, cada uno formuló su juramento.

Casi una hora después de que los cardenales terminaron su juramento, el maestro de celebraciones litúrgicas Monseñor Guido Marini pronunció la famosa frase latina “extra omnes”, 'todos fuera'.

A puerta cerrada, el cardenal Prosper Grech que por su edad ya no puede votar, dirigió a los purpurados la última meditación para recordarles su responsabilidad. Después salió de la Capilla.

El cardenal Re, el más veterano del cónclave, preside la ceremonia, debe preguntar a los cardenales si existe alguna objeción antes de comenzar. Si no las hay, proceden a la primera votación.


Las puertas de la Capilla Sixtina ya están cerradas tras la frase "Extra Omnes"



12 de marzo, 2013 (Romereports.com) (-SÓLO VÍDEO-) El Cónclave ha comenzado. Las puertas de la Capilla Sixtina se cerraron poco después de que Guido Marini, maestro de ceremonias papales, anunciara la famosa frase latina: “Extra Omnes”, significa “Todos fuera”.


Tras esta frase, aquellos que no sean cardenales electores deben abandonar la Capilla Sixtina para que la votación pueda comenzar. 115 cardenales electores de todo el mundo están ya eligiendo al próximo Papa.


"Extra Omnes". Todo en manos de los electores... y del Espíritu



Solemne apertura del Cónclave, con el juramento de los cardenales y el encierro en la Sixtina

Esta tarde en torno a las ocho, una lluviosa plaza de San Pedro asistirá a su primera fumata

(Jesús Bastante, enviado especial al Vaticano).- "Extra Omnes". Los 115 cardenales que elegirán al nuevo Papa ya están en la Capilla Sixtina. Ya se han cerrado las puertas, el Maestro de Celebraciones Pontificias, Guido Marini, cierra tras de sí las puertas. Después, saldrá junto al cardenal Prosper Grech, quien llevará la meditación previa a la primera votación, cuyo resultado conoceremos en forma de humo blanco o negro en torno a las ocho de la tarde.


Tal y como estaba previsto en el rito, el cardenal Giovanni Battista Re, el de más antigüedad, invitó desde la Capilla Paulina a los cardenales a dirigirse a la Sixtina para el juramento, con la siguiente oración:

‹ "El Señor, que guía nuestros corazones en el amor y la paciencia de Cristo, esté con todos vosotros". ›

Tras esta breve oración, Re invitó a todos a procesionar, con las palabras registradas:

‹ "Venerables hermanos: después de haber celebrado el divino misterio, entramos ahora en Cónclave para elegir al Romano Pontífice. ›

‹ Toda la Iglesia, unida a nosotros en oración, invoca constantemente la gracia del Espíritu Santo, para que sea elegido de entre nosotros un digno Pastor de toda la grey de Cristo. ›

‹ El Señor dirija nuestros pasos en la vía de la verdad, a fin de que, por la intercesión de la Beata Siempre Virgen María, de los Apóstoles Pedro y Pablo, y de todos los Santos hagamos siempre aquello que sea de su agrado". ›

La procesión hacia la Capilla Sixtina se produjo bajo el rezo de las letanías. En fila de a dos, los purpurados fueron caminando, precedidos por el ministro que lleva la Cruz, el coro y los ceremonieros, el secretario del Colegio de Cardenales y el eclesiástico que dirigirá la meditación a los cardenales electos, en este caso el cardenal Prosper Grech, que al no ser elector, salió posteriormente.

Cada uno de los cardenales fue tomando su lugar, designado por sorteo, en la magnifica sala ornamentada por el genio de Miguel Ángel Buonarroti y que a lo largo de la historia ha sido testigo de 25 Cónclaves, de no pocas lágrimas y de infinitas discusiones y votaciones fallidas.

Silencio y recogimiento entre los purpurados. Nervios contenidos en muchos de ellos, que a duras penas sostenían sin temblor el libro con los cánticos y oraciones colocado a su disposición, siguiendo el Ordo Rituum Conclavis. A la hora del juramento, sin duda, el más nervioso, al menos entre los "papables", fue el cardenal de Nueva York, Timothy Dolan, quien no dejó de mirar los frescos de la Sixtina antes de prestar su comprmiso, y que hubo de sujetarse el crucifijo con la mano izquierda por los temblores. ¿Un presentimiento?

En el centro de la sala, el Evangelio, donde todos y cada uno de los cardenales tuvieron que posar su mano y pronunciar el juramento de secreto para el Cónclave. Con la mirada puesta en el fresco del Juicio Final. La escena resulta impresionante. Los que tuvimos la suerte de visitar la Sixtina el pasado sábado, quedamos maravillados del ambiente que se destila de la misma. Al fondo de la sala, tras las cancelas, la célebre estufa donde se quemará esta tarde el primer escrutinio. Todo queda en manos del Espíritu Santo y de la voluntad de 115 hombres.

Turkson, Rivera, Schonborn, Braz de Aviz, Sistach.... todos ellos concentrados en la relevancia del momento. El cardenal Cañizares, junto a Sean O'Malley. Muy cerca de él, Sistach. Amigo, imponente, sobresaliendo un palmo de sus compañeros de mesa, tranquilo. Es su segundo Cónclave. También el del cardenal Rouco Varela, colocado ante el gran perdedor del anterior Cónclave, Dionigi Tettamanzi. No hay opciones entre los españoles, salvo que el Espíritu sople hacia nuestro país.

Al unísono, todos los cardenales proclamaron su juramento, en latín, guiados por el cardenal Re.

‹ "Nosotros los cardenales electores presentes en esta elección del Sumo Pontífice prometemos, nos obligamos y juramos observar fiel y escrupulosamente todas las prescripciones contenidas en la constitución apostólica del sumo pontífice Juan Pablo II ‘Universi Dominici Gregis', emanada el 22 de febrero de 1996. ›

‹ Igualmente prometemos, nos obligamos y juramos que cualquiera de nosotros, que por divina disposición, sea elegido Romano Pontífice, se comprometerá a desarrollar fielmente el Munus Petrinum de Pastor de la Iglesia Universal y no cesará de afirmar y defender hasta la extenuación los derechos espirituales y temporales, además de la libertad de la Santa Sede. ›

‹ Sobre todo, prometemos y juramos observar con la máxima fidelidad y con todos, ya sea clérigo como laico, el secreto de todo aquello que en cualquier modo concierne a la elección del Romano Pontífice y todo lo que ocurre en el lugar de la elección y se refiera directa o indirectamente al escrutinio. ›

‹ No violar en manera alguna este secreto tanto durante como tras la elección del nuevo pontífice, a no ser que el mismo pontífice confiera explícita autorización; jamás apoyar interferencias, oposición u otra forma de intervención con la autoridad secular u otro grupo de personas que quisiera interferir en la elección del Romano Pontífice". ›

Después, Re, Bertone, Naguib, Bechara Butros, Daneels, Meisner, López Rodríguez, Mahony (quien finalmente sí participó), Ortega, Turcotte, Puljic, Sandoval... siguieron el juramento ante el Evangelio. Rouco Varela fue el primero de los españoles en realizar la solemne promesa. Tras él, lo hicieron Amigo, Cañizares, Martínez Sistach y finalmente Santos Abril. Los cuatro primeros, del orden de los presbíteros, y el último de los diáconos.

115 hombres. 115 juramentos. Uno a uno. Hasta el último de ellos, el cardenal Harvey, con sobriedad y seriedad, con el peso de la historia bajo sus manos, las mismas que en apenas unos minutos escribirán, por vez primera, el nombre de su candidato a Papa en las papeletas. ¿Tendremos Papa subito esta noche? Todo parece indicar que no... Mas todo es posible en la Sixtina.


Primera "fumata negra". No habrá "Papa exprés"


Tras la primera votación, los cardenales se retiran a la Casa Santa Marta

El miércoles, nuevo escrutinio a las once. Si no hay consenso, nueva "fumata" a las 12,30 horas


(Jesús Bastante, enviado especial al Vaticano).- No habrá "Papa exprés". La primera fumata del Cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI ha salido negra. A las 19,42 horas. Los 115 cardenales se han retirado a la Casa Santa Marta después de la primera votación, en la que ningún candidato ha obtenido los 77 votos necesarios. Mañana, nuevos escrutinios.


Es noche cerrada en San Pedro, y pese a la lluvia, muchos fieles, miles, se han congregado en la plaza, superando todas las previsiones, para asistir a la primera fumata del que se prevé como el Cónclave más complicado de los últimos tiempos, toda vez que no se presenta un candidato claro por encima del resto, como sí sucediera en la votación de 2005, con las figuras de Ratzinger y Bergoglio, toda vez que el ya fallecido Martini se autoexcluyó.

La cámara instalada a apenas 10 metros de la pequeña chimenea de la Sixtina ha captado el humo negro. Todo ello, ante la mirada de miles de curiosos, y frente a una baslíica de San Pedro magníficamente iluminada. El centro de la Cristiandad, el núcleo de todas las miradas. Y, justo a la derecha de la fachada, una minúscula chimenea, en lo alto de un tejado de tejas rojas, apuntalada con varios cables para que el viento no pudiera con ella, asomando el soplo oscuro de la no elección papal. por el momento.

Así las cosas, los cardenales han rezado vísperas a las siete y cuarto de la tarde y, posteriormente se han dirigido a la Domus Sanctae Martae, donde a las ocho cenarán. Posteriormente, cada uno dormirá en su habitación. Aunque están prohibidas las conversaciones, no es de extrañar que se formen más de un corrillo para analizar los resultados de la primera votación, que nunca sabremos... Hasta que se sepan.

Mañana miércoles, los cardenales desayunarán entre las 6,30 y las 7,30, para celebrar a las 8,15 horas la misa en la capilla Paulina. A las nueve y media se producirá la segunda votación y, si no hay elegido, una tercera a las doce, doce y media, momento en el cual veremos la segunda fumata del Cónclave. Si a las nueve y media hay elegido, habrá fumata blanca y tañido de campanas.

Entretanto, la noche romana se llena d oraciones y cierta decepción. No todos podrán venir todos los días, a todas las horas, para comprobar in situ el color del humo que sale de la pequeña chimenea que ha conseguido, una vez más, frenar el curso de la Historia.

Primera fumata negra en el Vaticano: Cardenales aún no llegan a un acuerdo



12 de marzo, 2013. (Romereports.com) No hubo acuerdo en la primera votación. La plaza de San Pedro se llenó en pocos minutos de miles de personas que acudieron para ver el humo que salía de la chimenea situada sobre el tejado de la Capilla Sixtina.


Como era previsible, a las 19,42 comenzó a salir humo negro de la chimenea más vista del mundo.

El color negro ha anunciado que en esta primera votación, los cardenales electores no han coincidido en la elección del nuevo sucesor de San Pedro.

La próxima fumata será mañana miércoles por la mañana. Si eligen al Papa en la segunda votación, la fumata blanca será en torno a las 10.30, si no la fumata será en torno a las 12.







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