Entrevista con Daniel Roque Vítolo, por muchos años abogado de Jorge Mario Bergoglio
ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZCIUDAD DEL VATICANO
El Papa Francisco es un líder con instinto, de juicio ponderado. Primero escucha y, cuando adquiere confianza en sus colaboradores, los deja hacer. Pero siempre acompaña, vigilante. Así lo describe Daniel Roque Vítolo, por muchos años abogado de Jorge Mario Bergoglio. Defendiéndolo en varios conflictos jurídicos aprendió a conocerle. En entrevista con el Vatican Insider aseguró que si aplica a su pontificado el método que usó como arzobispo de Buenos Aires “será un gran Papa”.
¿Cómo recibió la noticia de la elección de Francisco?
Cuando lo eligieron fue una emoción enorme. La noticia me conmovió porque es lo que la Iglesia necesita y merece en este tiempo. Cuando lo conocí me di cuenta que siempre busca la transparencia y la verdad, sin importarle el costo ni lo que la gente pueda decir de él. Es un hombre de fuertes convicciones, de enorme fe, totalmente comprometido con su misión pastoral.
Aunque parece no buscar consenso lo ha obtenido muy rápidamente, ¿es raro?
En realidad creo que está muy convencido de aquello que le toca hacer y de su misión en la vida. Él no está buscando ni votos, ni aclamaciones, desde siempre trató de transmitir un mensaje de fe que ahora está llevando al mundo y eso es más fuerte que cualquier campaña política.
Usted lo asesoró en varios conflictos, ¿cree que le puede temblar el pulso a la hora de gobernar la Iglesia?
No creo que le vaya a temblar el pulso. Seguramente se va a tomar un tiempo antes de cambiar, aunque confirmó todos los cargos del Vaticano lo hizo mientras analiza detalladamente qué hacer. Pronto empezaremos a recibir las señales. Es verdad que se trata de un Papa no esperado porque no estaba entre los candidatos, pero desde su primera aparición sin zapatos colorados nos dejó ver que encabezará un tiempo nuevo para la Iglesia.
¿Cómo es Bergoglio en el gobierno eclesiástico?
Se deja ayudar, él busca las personas en las cuales confiar. Como líder se ha caracterizado por tener mucho instinto, así lo pude comprobar trabajando con él. En la Arquidiócesis de Buenos Aires confiaba mucho en el juicio de sus colaboradores y después dejaba hacer, pero siempre acompañaba, ayudaba y apoyaba. Si aplica esto en su nueva gestión, puede ser un gran Papa.
¿Qué significa para Buenos Aires su elección como vicario de Cristo?
Primero un orgullo enorme. Jamás hubiese imaginado en mi vida que la Argentina podía tener un Papa y me parece que es un signo de este tiempo. Es una persona sencilla; desde que lo conozco nunca usó un auto oficial. Cuando los invitábamos con algunas organizaciones pastorales a dar misa nos ofrecíamos a ir a buscarlo y él decía que no, que prefería el metro porque lo dejaba muy cerca. Tal vez pensaba que no debía incomodar a nadie y por eso prefería viajar en el mismo transporte público, igual que todos los demás. Tuve una impresión enorme al verlo aparecer en ese balcón de la Basílica de San Pedro portando en el pecho la misma cruz que yo le había conocido en el arzobispado de Buenos Aires.
Él siempre fue muy arraigado a su tierra, ¿le será difícil acostumbrarse a la fastuosidad del Vaticano?
Seguramente le será difícil, luchar con alguna burocracia y diplomacia será complicado pero el espíritu está por encima de todas estas cosas. No tengo dudas que triunfará y llevará su mensaje a donde quiere. Creo que está destinado a ser el gran Papa del siglo XXI.
Vatican Insider
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