Thursday, April 18, 2013

Y ahora, ¿dónde estás?


Una buena pregunta para ponerse a buscar. Porque esa es la primera noticia que los discípulos tienen clara: «No está aquí. Ha resucitado». Y si no está aquí, ¿dónde? La eterna pregunta que nos seguimos haciendo. Te necesitamos, Señor. Y tú nos envías a buscarte. A las Galileas de nuestro siglo XXI. «Allí me veréis». Toda la vida, si hace falta, te buscaremos. Para reconocerte, a veces, en los lugares más inesperados de nuestra vida, en los momentos más sorprendentes de nuestra historia.



Y ahora, ¿dónde estás? - En los pobres.


«Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, era inmigrante y me acogisteis» (Mt 25,35)


Nos dejaste dicho que estarías en los pobres. Que lo que hiciéramos con uno de los más pequeños contigo lo estábamos haciendo. Que dar de comer al hambriento era alimentarte a ti, que visitar al preso era ir a verte. Que vestir al desnudo era cubrir tu desnudez. Te reconozco que no es fácil verlo así. A menudo los pobres resultan distantes, extraños, su desposesión amenaza un poco mis seguridades. ¿Y dices que estás en ellos? Enséñame a verte.


¿Qué te revelan de Dios los pobres?

¿Cómo entender que de los pobres es el Reino de los cielos?



NO TE AVERGÜENCES NUNCA

No te avergüences nunca
de proclamar su Nombre,
deletreado en actos.
Muestra su Rostro glorioso
en tu mirada calcinada.
Exhibe, como plena garantía, el precio de su Sangre,
en el combate y en la derrota,
en la esperanza.
Comulga su espíritu en la Hostia,
en el silencio de los pobres
y en el grito de los muertos.
Abrázalo en toda carne humana.
Y espera su regreso, seguro, imprevisible,
con tus pies ahincados en nuestro cada día.

(Pedro Casaldáliga)


Y ahora, ¿dónde estás? - En el encuentro.


«Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt. 18,20)


Supongo que eso de reunirse “en tu nombre” significa muchas cosas.Significa la celebración de la fe, que de tantas maneras nos congrega. Significa la oración compartida. Significa la caridad que se pone manos a la obra para transformar el mundo porque esa es tu lógica. Significa que a veces hablamos de ti, alrededor de una mesa, al comentar la homilía del día anterior en familia, al compartir nuestras dudas o nuestras certidumbres. En todos esos momentos, tú estás ahí. Que nunca faltes de nuestro lado.


¿Tienes alguna experiencia de «comunidad»?

¿Hay gente que te haga sentir más cerca de Dios?




Mi cuerpo es comida

Mis manos, esas manos y Tus manos
hacemos este Gesto, compartida
la mesa y el destino, como hermanos.
Las vidas en Tu muerte y en Tu vida.
Unidos en el pan los muchos granos,
iremos aprendiendo a ser la unida
Ciudad de Dios, Ciudad de los humanos.
Comiéndote sabremos ser comida.
El vino de sus venas nos provoca.
El pan que ellos no tienen nos convoca
a ser Contigo el pan de cada día.
Llamados por la luz de Tu memoria,
marchamos hacia el Reino haciendo Historia,
fraterna y subversiva Eucaristía.

(Pedro Casaldáliga)


pastoralsj

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