Francisco a los jóvenes de la JMJ: “¡¡Sean auténticos «atletas de Cristo»!!”
Tres millones de jóvenes en oración con Francisco en Copacabana, bautizada como “Mare fidei”. "¡Ustedes son los constructores de un mundo mejor"
LUCA ROLANDIRÍO DE JANIERO
“He pensado en tres imágenes que nos pueden ayudar a entender mejor lo que significa ser un discípulo-misionero: la primera, el campo como lugar donde se siembra; la segunda, el campo como lugar de entrenamiento; y la tercera, el campo como obra en construcción”.
Fue muy emocionante la espera del Papa para la gran vigilia, que habría debido desarrollarse en Guaratiba, en el “Campus Fidei”, pero, debido al mal tiempo los organizadores cambiaron a la playa de Copacabana, rebautizada como “Mare Fidei”. Desde la tarde filas y filas larguísimas de peregrinos atravesaron la ciudad, cantando y bailando, para asistir a la cita. Llegan como un océano humano desde Flamengo y Botafogo, luego bajan del metro o de los autobuses. Según la Prefectura de Río eran tres millones de peregrinos.
Fue muy emocionante la espera del Papa para la gran vigilia, que habría debido desarrollarse en Guaratiba, en el “Campus Fidei”, pero, debido al mal tiempo los organizadores cambiaron a la playa de Copacabana, rebautizada como “Mare Fidei”. Desde la tarde filas y filas larguísimas de peregrinos atravesaron la ciudad, cantando y bailando, para asistir a la cita. Llegan como un océano humano desde Flamengo y Botafogo, luego bajan del metro o de los autobuses. Según la Prefectura de Río eran tres millones de peregrinos.
Cuando en el palco ya estaban todos los obispos, los chicos comenzaron a cantar, bailar, a entretenerse entre sí con coreografías sencillas, aplaudiendo al ritmo de la música. Algunos obispos incluso aceptaron la invitación y se pusieron a seguir el animado ritmo para participar en el “flash mob” de esta JMJ. Después de un largo trayecto en el papamóvil, arropado por las ovaciones de afecto de los peregrinos, Francisco llegó finalmente a la playa de Copacabana.
Antes de comenzar su discurso, Bergoglio escuchó con atención los emocionantes testmionios de diferentes jóvenes, historias conmovedoras de esperanza. “He pensado en tres imágenes que nos pueden ayudar a entender mejor lo que significa ser un discípulo-misionero: la primera, el campo como lugar donde se siembra; la segunda, el campo como lugar de entrenamiento; y la tercera, el campo como obra en construcción”. El Papa explicó a los dos millones de jóvenes reunidos en la playa de Copacabana, que “ser discípulo misionero significa saber reconocer que ¡somos el Campo de la fe de Dios!”.
“El campo como lugar donde se siembra”, indicó Bergoglio, somos nosotros mismos, como lo explicó Jesús mismo explicó el significado de la parábola: “la simiente es la Palabra de Dios sembrada en nuestro corazón. Queridos jóvenes, cuando aceptamos la Palabra de Dios, entonces nos convertimos en el Campus Fidei! Por favor, dejen que Cristo y su Palabra entren en su vida, que germine y crezca.” Por ello, prosiguió el Pontífice, debemos preguntarnos: “¿Qué terreno somos o queremos ser?”. A veces, indicó, escuchamos al Señor, pero no cambia nada en nuestra vida; otras “acogemos a Jesús con entusiasmo, pero somos inconstantes y, ante las dificultades, no tenemos el valor de ir contracorriente; o somos como el terreno espinoso: las cosas, las pasiones negativas sofocan en nosotros las palabras del Señor”.Todos, invitó a los jóvenes "digamos: mirá este cahcito de terreno" para que entre la semilla de Jesús. "Déjenla crecer y Dios la va a cuidar".
Sin embargo, subrayó entusiasmado, “hoy estoy seguro de que la simiente cae en buena tierra, que ustedes quieren ser buena tierra, no cristianos a tiempo parcial, no «almidonados», de fachada, sino auténticos. Estoy seguro de que no quieren vivir en la ilusión de una libertad que se deja arrastrar por la moda y las conveniencias del momento”.
“El campo como lugar de entrenamiento”, explicó Bergoglio, se debe al hecho de que “Jesús nos pide que le sigamos toda la vida, nos pide que seamos sus discípulos, que «juguemos en su equipo»”. Y, ¿qué hace un jugador para desemèñar bien su papel en un equipo?, preguntó Francisco a los jóvenes. “Debe entrenarse y entrenarse mucho. Así es en nuestra vida de discípulos del Señor”, respondió, porque “¡Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo! Nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda y feliz, y también un futuro con él”.
Pero, para estar en forma y poder jugar en “su equipo”, “para afrontar sin miedo todas las situaciones de la vida, dando testimonio de nuestra fe”, explicó el Pontífice, hay que estar en un constante “diálogo con Él: la oración, que es el coloquio cotidiano con Dios, que siempre nos escucha. A través de los sacramentos, que hacen crecer en nosotros su presencia y nos configuran con Cristo. A través del amor fraterno, del saber escuchar, comprender, perdonar, acoger, ayudar a los otros, a todos, sin excluir y sin marginar. Queridos jóvenes, ¡sean auténticos «atletas de Cristo»!”. Y el Papa Francisco invitó a todos los jóvenes a repetir con él cuál es el entrenamiento para estar en el "equipo de Jesús": "¡¡Oración, Sacramento y Ayuda a los demás!!", repitió entusiasmada la oceánica multitud de Copacabana.
Después, el Papa contó que ha seguido atentamente las noticias sobre muchos jóvenes que en diferentes partes del mundo protestan para expresar “su deseo de una civilización más justa y fraterna”. Estos son “jóvenes que quieren ser protagonistas del cambio. Los aliento a que, de forma ordenada, pacífica y responsable, motivados por los valores del evangelio, sigan superando la apatía y ofreciendo una respuesta cristiana a las inquietudes sociales y políticas presentes en sus países”.
“¡Queridos jóvenes -concluyó el Papa su discurso-, no se olviden: ¡ustedes son el Campo de la fe! ¡Ustedes son los atletas de Cristo! Ustedes son los constructores de una Iglesia más hermosa y de un mundo mejor”.
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Vigilia con los jóvenes FRANCISCO
El Papa a los jóvenes en la vigilia: No balconeen la vida. Métanse en ella como Jesús
27 de julio, 2013. (Romereports.com) No cabía un alfiler en la playa de Copacabana. Al menos dos millones de peregrinos, desafiando al frío y al viento, recibieron al Papa Francisco quien presidió la Vigilia de oración, uno de los momentos más importantes de las JMJ.
PAPA FRANCISCO
"¿Tengo en mi corazón la costumbre de jugar a dos puntas y quedar bien con Dios y quedar bien con el diablo?, ¿querés recibir la semilla de Jesús y, a la vez, regar las espinas y los yuyos que nacen en mi corazón? Cada uno en silencio se contesta."
Para comenzar la fiesta, los jóvenes escenificaron la construcción de una iglesia delante del Papa como metáfora de la comunidad que forman todos los cristianos. Después recordaron la figura de San Francisco de Asís. Tras esto, vino el momento de los testimonios y actuaciones. Al concluir, cada protagonista aportaba un elemento más a la iglesia que se edificaba en el escenario.
En su discurso, el Papa Francisco preguntó a los jóvenes qué tipo de cristiano son.
PAPA FRANCISCO
"¿Tengo en mi corazón la costumbre de jugar a dos puntas y quedar bien con Dios y quedar bien con el diablo?, ¿querés recibir la semilla de Jesús y, a la vez, regar las espinas y los yuyos que nacen en mi corazón? Cada uno en silencio se contesta."
El Papa aprovechó que se encuentra en Brasil, país futbolero por excelencia, para utilizar un símil deportivo. Con él, explicó a los jóvenes de todo el mundo, que también hay que entrenarse en la fe, como hacen los futbolistas. Y que la recompensa, aseguró, es mejor que ganar la Copa del Mundo. Les ofreció además la fórmula para seguir a Jesús.
PAPA FRANCISCO
"Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo. ¡Algo más grande que la Copa del Mundo! Nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda y feliz, y también un futuro con él que no tendrá fin, la vida eterna. Estos son los entrenamientos para seguir a Jesús: la oración, los sacramentos y la ayuda a los demás, el servicio a los demás. ¿Lo repetimos todos juntos? Oración, sacramentos y ayuda a los demás. No se oyó bien. Otra vez. Oración, sacramentos y ayuda a los demás."
"Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo. ¡Algo más grande que la Copa del Mundo! Nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda y feliz, y también un futuro con él que no tendrá fin, la vida eterna. Estos son los entrenamientos para seguir a Jesús: la oración, los sacramentos y la ayuda a los demás, el servicio a los demás. ¿Lo repetimos todos juntos? Oración, sacramentos y ayuda a los demás. No se oyó bien. Otra vez. Oración, sacramentos y ayuda a los demás."
Francisco pidió a los jóvenes que sean constructores de futuro para ofrecer una respuesta cristiana a la realidad.
PAPA FRANCISCO
“A ustedes les pido que también sean protagonistas de este cambio. Sigan superando la apatía y ofreciendo una respuesta cristiana a las inquietudes sociales y políticas que se van planteando en diversas partes del mundo. Les pido que sean constructores del futuro. Que se metan en el trabajo por un mundo mejor. Queridos jóvenes, por favor, ¡no balconeen la vida, métanse en ella. Jesús no se quedó en el balcón. Se metió. No balconeen la vida, métanse en ella como hizo Jesús.”
A los miles de jóvenes presentes en Copacabana y a todos los que le escucharon a través de los medios de comunicación e internet, Francisco les dijo que sean artífices de una Iglesia en la que quepa toda la humanidad. Empleando la cita del Evangelio, les invitó a “ir y hacer discípulos en todas las naciones”.
“A ustedes les pido que también sean protagonistas de este cambio. Sigan superando la apatía y ofreciendo una respuesta cristiana a las inquietudes sociales y políticas que se van planteando en diversas partes del mundo. Les pido que sean constructores del futuro. Que se metan en el trabajo por un mundo mejor. Queridos jóvenes, por favor, ¡no balconeen la vida, métanse en ella. Jesús no se quedó en el balcón. Se metió. No balconeen la vida, métanse en ella como hizo Jesús.”
A los miles de jóvenes presentes en Copacabana y a todos los que le escucharon a través de los medios de comunicación e internet, Francisco les dijo que sean artífices de una Iglesia en la que quepa toda la humanidad. Empleando la cita del Evangelio, les invitó a “ir y hacer discípulos en todas las naciones”.
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