Aseguran que toma un suplemento con aceite de este crustáceo. Qué es y para qué sirve.
El Papa tiene 76 años, pero la vitalidad de un adolescente, tal como quedó evidenciado en la última Jornada Mundial de la Juventud. Tal vez le deba su energía asombrosa a un desayuno "poderoso". Según fuentes del Vaticano, el pontífice acompaña la comida más importante del día con un suplemento de aceite de krill, un crustáceo antártico, rico en omega 3 y enriquecido con vitamina D3, antioxidante.
El producto que el Papa consume no se consigue en la Argentina, salvo que se lo compre online: en la farmacia online de Estados Unidos Walgreens cuesta 26,99 dólares. Acá sí existen variantes de aceite de salmón y de aceite de chía, utilizados y recomendados por los nutricionistas locales, porque también tienen un alto contenido de omega 3. Cuestan desde 100 pesos. La pregunta es: ¿cuál es el beneficio de consumir estos suplementos?
Edgardo Ridner, ex presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición, señala que este ácido graso "mejora la memoria, evita el deterioro cognitivo por el envejecimiento y previene la enfermedad vascular. Hoy, lo indicamos especialmente para la prevención cardiovascular, en personas con colesterol muy elevado –porque se ha demostrado que disminuye los niveles–, o hipertensión".
"El omega 3 provoca en el cuerpo la fabricación de hormonas antiinflamatorias. Esto ayuda a reducir el dolor de músculos y articulaciones", añade Néstor Cardinali, químico y licenciado en alimentación, director de Grupo Cardinali. Otras de las ventajas que enumera el experto es que evita la rigidez arterial, lo cual frena el camino hacia la arterioesclerosis y, en personas diabéticas, se ha demostrado que baja la resistencia a la insulina. "Es un suplemento que debería tomar todo el mundo", resume Cardinali, quien aclara que sólo están contraindicado en el caso de las personas que consumen medicamentos anticoagulantes.
Pero, el aceite de pescado, ¿no es mejor comerlo como tal? Ridner explica que el omega 3 está presente en peces de mar profundo, que no forman parte de nuestra alimentación cotidiana. "La población argentina no consume mucho pescado", admite. Añade que, como fuentes alternativas surgieron estos suplementos de krill y de algas, que probablemente se comercialicen en el país próximamente.
Clarín
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