"No hay resistencia organizada contra el Papa, sino más bien puntual"
"El supuesto enfrentamiento con los tres sacerdotes fue un bulo que no tiene ningún fundamento"
(José Manuel Vidal).- De paso en Barcelona, para participar en el Congreso de las grandes ciudades, el arzobispo de Santiago de Chile, Ricardo Ezzati se muestra "profundamente 'franciscano', cree que el Papa es un "regalo de Dios" y asegura que "no hay resistencia organizada" contra sus reformas. Condena la pederastia del clero y asegura que nunca denunció ante el Vaticano a los tres sacerdotes chilenos. "Fue un bulo que no tiene ningún fundamento, porque yo nunca denuncié a nadie", dice el purpurado.
Tras su paso por el congreso pastoral de las grandes ciudades, celebrado en Barcelona, ¿está de acuerdo en que 'Dios vive en la ciudad', como sostiene el título del libro del teólogo Carlo María Galli?
Sí, exactamente, esa es la experiencia que todo pastor tiene, que todo cristiano tiene: que Dios habita en nuestras ciudades. Y la tarea que nosotros tenemos es la de abrir los ojos para descubrirlo y para abrirle el corazón; también para acogerlo justamente en esta nueva cultura.
Eso no siempre es fácil ¿verdad?
No es fácil, efectivamente. También para nosotros, los cristianos, resulta difícil y mucho más difícil para gente que vive en una cultura secularizada como la nuestra. Sin embargo, el camino es justamente ése: abrir el corazón y abrir la mente, para descubrir en tantos signos que están patentes la presencia de Dios que siempre salva y siempre quiere caminar junto a nosotros.
Los nuevos signos de los tiempos
Si, son los nuevos signos de los tiempos...
La secularización evidente en España y en Europa, ¿también se nota ya en Chile?
Afecta, efectivamente. Desde hace varias décadas, estamos trabajando justamente para comprender al hombre y a la mujer contemporánea con todas las potencialidades que tiene y también con todas sus limitaciones. Intentamos hacer camino juntos, para ser testigos de la esperanza que llega a nuestro corazón.
Se le nota a usted un lenguaje 'franciscano'. ¿Está calando la 'primavera' de Francisco?
Estoy convencido de que el Papa Francisco es un gran regalo de Dios para nuestra Iglesia y para nuestro tiempo. He tenido la gracia de Dios de compartir con él momentos muy significativos de la historia de los últimos tiempos en América Latina, especialmente participando en la asamblea episcopal del Celam. También tuve la oportunidad y la gracia de Dios de compartir con él en el grupo de redacción del texto del Sínodo. Así que he podido tener durante veinte días la cercanía del Papa Francisco, tan sencillo, tan humilde, que se expresa con tanto signo de cercanía a la gente... Justamente un gran profeta que va indicando los tiempos nuevos para descubrir la presencia salvadora de Dios en nuestra Historia.
¿Su reforma está encontrando demasiadas resistencias o esas resistencias son, más bien, puntuales?
No, no es resistencia organizada. Es una resistencia muy puntual de parte de algunos y eso es normal en la vida. La ha tenido Jesús, la han tenido los apóstoles, la tenemos cada uno de los obispos en nuestras realidades. Para mí, esas resistencias tienen que ser una llamada, para que estemos cada vez más cerca de esta gente, también de la que nos critica.
¿La ilusión que transmite el Papa está calando en la gente?
En la gente, absolutamente. Uno ve que hay una adhesión grandísima en la gente que comprende el mensaje del cual es portador el Papa. El Papa no tiene un mensaje suyo. El mensaje es de Jesucristo y, naturalmente, lo que él hace es invitarnos a seguir a Cristo. Estamos llamados a traducir en el lenguaje cultural de hoy el mensaje del Evangelio y eso es lo que está haciendo el Papa y nos está enseñando cómo hacerlo.
¿El reciente Sínodo, en el que usted ha participado, ha creado demasiadas expectativas, que pueden verse frustradas en los fieles, o eso habrá que verlo en la segunda parte?
La primera etapa es una etapa de escucha. Una etapa de una mirada del corazón y también de la inteligencia sobre lo que significa la situación, yo diría que desafiante, del patrimonio de la familia actual. Creo que la esperanza que había sido puesta en el Sínodo se ha cumplido, aunque en niveles diferentes, de acuerdo a las expectativas de cada uno. Pero yo diría que, en general, se ha quedado la gente muy contenta con el Sínodo, porque ha habido mucha libertad para expresar lo que cada uno de nosotros percibe en la realidad de la familia y del matrimonio en la sociedad actual. Y también la búsqueda sincera de lo que Dios nos quiere decir en este momento de nuestra historia. Así que yo evalúo muy positivamente esta primera etapa del sínodo y en especial espero la próxima con mucha esperanza.
Una cuestión más interna. El rifi rafe entre usted y los tres curas (Aldunate, Berríos y Puga), que después se desmintió, fue un malentendido?
Fue un bulo que no tiene ningún fundamento, porque yo nunca denuncié a nadie. Naturalmente la tarea de la Iglesia (y eso yo lo he hecho) es una tarea pastoral, de acercarse a la persona, de dialogar con ella, de confrontar la propia postura frente a lo que es el magisterio de la Iglesia. Pero ese caso se ha terminado, porque naturalmente se ha descubierto que no tenía ningún fundamento.
¿Los tres curas siguen ejerciendo, no están suspendidos?
No, no hay ningún cura suspendido, no hay ningún cura condenado. Solamente que algunos fieles, que tienen todo su derecho, han enviado a la Santa Sede los recortes de prensa sobre ellos. Y alguno pensó, malintencionado tal vez o con poca información, que yo había enviado a Roma todo eso. Yo no envié nada a Roma. Yo sólo dialogué con uno de ellos, diciéndole: "Mire, este aspecto de lo que ustedes están diciendo no está en línea con el magisterio de la Iglesia". Muchas otras cosas lo están. Y yo lo firmo en primera persona, rápida e inmediatamente, todo lo que es cercanía a la compresión de la cultura actual, la cercanía a los más pobres, lo que significa la lucha efectiva por la justicia. En la conferencia episcopal, hace tres años publicamos una carta colectiva en relación al desarrollo de lo que Chile necesita en este momento y, sin duda alguna, estos factores de orden social están muy presentes.
¿Las relaciones con el gobierno de la señora Bachelet son buenas?
Son normales. Tenemos diálogo permanente. En algunos puntos podemos tener visiones diferentes también, pero es algo propio de una democracia y también desde la perspectiva de quienes tienen o no tienen fe. Nuestra postura es la de buscar el bien común y aportar algo desde nuestra propia identidad
En España cunde la desesperanza y la indignación ante le crisis económica que se ceba con los más pobres
He visto al os obispos españoles muy preocupados por ese tema. Creo que el agotamiento de la economía de bienestar que hoy sacude a gran parte de Europa y el endiosamiento de la economía de mercado han llevado al mundo a una crisis muy aguda. Hay un comprensible malestar ante la distribución inequitativa de la riqueza que produce desigualdades escandalosas, falta de oportunidades y hasta exclusiones de los beneficios logrados. Es lo que el Papa llama la cultura del descarte. La derrota de la pobreza extrema debe seguir siendo prioridad en la agenda política.
La Iglesia española se está viendo sacudida por un escándalo de pederastia clerical en Granada
Esta es una realidad que nos duele profundamente, sobre todo cuando estos casos involucran a personas consagradas a Dios y al servicio de los hermanos. Por esa razón, la Iglesia ha tomado medidas muy serias para enfrentar estos delitos, cuando se trata de menores, y para investigar los actos impropios y faltas a la probidad requerida en el ministerio consagrado. Estos hechos provocan, además, desconfianza en la Iglesia.
RD
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