“Es un día muy hermoso para nosotros. Son cien años de peregrinaciones, cien años de bendiciones de Dios”, dijo el Cardenal Francisco Javier Errázuriz en la misa de celebración del centenario de la imagen de la Virgen en el Cerro San Cristóbal.
La mañana del sábado 26 de abril amaneció fría en Santiago. Sin embargo, poco a poco comenzó despejarse y un tibio sol acompañó a los numerosos peregrinos que subieron hasta el santuario del cerro san Cristóbal, a temprana hora, a la misa de celebración de los cien años de la bendición y colocación de la imagen de la Virgen María en la cumbre de dicho cerro, convirtiéndose desde ese entonces en un verdadero faro de la ciudad.
La eucaristía presidida por el Cardenal Francisco Javier Errázuriz, fue concelebrada por Monseñor Cristián Contreras, Obispo Auxiliar de Santiago; por el rector del santuario, Pbro. Rodrigo Tupper; por los Vicarios Fernando Vives, Cristián Precht, Marcos Burzawa, Tomás Schertz, y una decena de sacerdotes.
Cien años de bendiciones
“Es un día muy hermoso para nosotros. Son cien años de peregrinaciones, cien años de bendiciones de Dios y cien años para nuestro pueblo en que ha crecido su esperanza en la relación con la Virgen María. Cien años también que nuestra ciudad tiene su símbolo que sin duda que es esta imagen de la Inmaculada Concepción”, dijo el cardenal Francisco Javier Errázuriz.
“Son cien años que ella, la Virgen, nos invita a abrir nuestro corazón a Dios, a sus dones, a su amor, y que nos invita a nosotros a darle un sí al maravilloso don de Dios para nuestra vida, tanto en este mundo como en el otro. Yo creo que es un día de enorme alegría para todos”, agregó el Arzobispo de Santiago
Un símbolo de Santiago
En su homilía, el Cardenal Errázuriz destacó que la imagen del la Virgen en el Cerro San Cristóbal es un símbolo de la ciudad de Santiago. “Es un don muy gran de Dios que nuestra ciudad tenga como símbolo una imagen de la Virgen, la imagen de la Inmaculada Concepción. ¿Qué nos dice esta imagen? Es la Virgen que vela sobre la gran ciudad, cuando la ciudad de sumerge en la oscuridad de la noche. Es una presencia que infunde paz, que infunde tranquilidad, que infunde reposo, que no solamente está velando en las noches físicas sino también en las noches espirituales. Sin lugar a dudas que esto es un Don inmenso que ella esté siempre velando por todos nosotros. Cuando en muchos lugares del mundo se quiere suprimir a Dios, de que nosotros tengamos como símbolo de nuestra ciudad a la Virgen María, es un gran Don”, destacó el Cardenal Errázuriz, y más adelante agregó:
“Esta imagen de la Virgen está mirando hacia el cielo, pero en una actitud acogedora. Madre que acoge, madre que consuela, madre que tiene sintonía con las necesidades de los peregrinos, madre ante la cual los peregrinos se sienten comprendidos, y se sienten que van a ser regalados, que van a ser escuchados; a madre a la cual traen todas sus necesidades, las materiales y las espirituales, las de las familias, las del trabajo. ¡Qué maravilloso tener un lugar donde vivir esta experiencia profunda de la maternidad de María!”, reflexionó el Arzobispo de Santiago.
“Esta imagen de la Virgen, esta presencia luminosa, materna, maravillosa de la Virgen María, nos está invitando a que nosotros demos un sí en plenitud al amor, al plan de Dios. Celebremos con mucha alegría estos cien años y presentémosles nuestra disponibilidad al Señor para que nuestra patria siga por este camino mariano y porque cada uno de nosotros nos asemejemos cada vez más a ella, a su maternidad, a su imploración y a su acogida”, dijo finalmente el Cardenal Errázuriz.
Iglesia.cl
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