Friday, July 18, 2008

JMJ SYDNEY 2008 - Desde el cenáculo de Sídney (17) por Jesús de las Heras Muela


LOS MUCHACHOS DE DARLINGHURST, EMBAJADORES DE LA ESPERANZA

Al final del Vía Crucis de hoy, el Papa se encuentra con jóvenes con adicciones, inadaptados y marginados en proceso de rehabilitación.
Benedicto XVI pidió expresamente a los organizadores de este viaje tener un encuentro con jóvenes marginados en proceso de recuperación. Los organizadores dispusieron entonces que este encuentro tuviera lugar en la comunidad terapéutica y de rehabilitación de la Universidad Notre Dame de Sídney. Benedicto XVI además quiso que el encuentro fuera en la tarde del viernes –el día de la Pasión y de la Cruz-, después precisamente del rezo y representación por los lugares más emblemáticos de esta gran ciudad del Vía Crucis. Antes, a partir de las 12,30 horas, había almorzado con doce jóvenes pletóricos y bien saludables: cinco muchachos y cinco muchachas de cada uno de los cinco continentes y otra pareja de la Australia. El representante español fue el joven salmantino Fidel Mateos.

Darlinghurst y Alive

Darlinghurst es el nombre del lugar de la citada comunidad terapéutica de jóvenes en proceso de rehabilitación, y “Alive” es el nombre del programa al que se someten a través de la Social Services Agency de la archidiócesis de Sídney. Fue, por cierto, el mismo significado de la palabra “Alive” el primer argumento del cálido, delicado, hermoso y alentador discurso papal:

-- “El nombre del programa que seguís nos invita –afirmó- a hacernos la siguiente pregunta: ¿qué quiere decir realmente estar vivo, vivir la vida en plenitud?”

Al hilo de la misma y de la frase de Moisés en el Deuteronomio “te pongo delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; elige la vida y vivirás tú y tu descendencia amando al Señor tu Dios, escuchando su voz, pegándote a El, pues El es la vida”, Benedicto XVI identificó a tres falsos dioses que llevan a tantas gentes, singularmente a jóvenes, a falsos paraísos de la drogadicción, la violencia, el alcoholismo, el nihilismo.

-- “Los falsos dioses –subrayó-, cualquiera que sea el nombre, la imagen o la forma que se le dé, están siempre asociados a la adoración de tres cosas: los bienes materiales, el amor posesivo y el poder”.

El materialismo y el consumismo, el culto al dinero y al lujo es el primer efecto de este primer falso dios, que en vez de dar la vida, da muerte. El amor auténtico claro que es bueno y necesario. Pero el amor se transforma en una falsa divinidad cuando trata a la persona supuestamente como a un objeto para satisfacer las propias necesidades, cuando no respeta al otro, cuando práctica una visión permisiva de la sexualidad.

Lo mismo el poder, es bueno y necesario. Pero se pervierte cuando busca el poder por el poder, el aferrarse a él, buscando dominar a los otros o explotar el medio ambiente natural y humano.

Hemos sido creados para la vida y para el amor

Si bien estos tres caminos no son caminos de vida, sino de muerte, es posible la capacidad de reacción, que halla en la parábola del hijo pródigo un luminoso ejemplo. Es el caso de los muchachos de Darlinghurst:

-- “Muchos de vosotros habéis experimentado personalmente lo que vivió aquel joven… El abuso de las drogas o del alcohol, participar en actividades criminales o nocivas para vosotros mismos, podrían aparecer entonces como la vía de escape a una situación difícil. Ahora sabéis que en vez de dar vida, han traído la muerte. Quiero reconocer el coraje que habéis demostrado decidiendo volver al camino de la vida, precisamente como el joven de la parábola. Habéis aceptado la ayuda de los amigos o familiares, del personal del programa “Alive”, de aquellos que tanto se preocupan por vuestro bienestar y felicidad”.

Por eso, el Papa, que ha llamado a estos muchachos “embajadores de esperanza para otros que se encuentran en una situación similar”, les ha recordado que Jesucristo y su Iglesia siguen amándoles y confiando en ellos:

-- “Podéis estar seguros que, al igual que el Padre en el relato del hijo prodigo, Jesús os recibe con los brazos abiertos. Os ofrece su amor incondicional: la plenitud de la vida se encuentra precisamente en la profunda amistad con El”.

Y es que hemos sido hechos para amar, para el amor verdadero, para elegir de la vida y el amor y dar testimonio al mundo de la alegría que esto conlleva. Todos. Todos los jóvenes. También los jóvenes de Darlinghurst y del programa de rehabilitación “Alive”, a quienes el Papa ha visitado en Sídney mientras se coronaba el Vía Crucis de la XXIII JMJ y la cruz quedaba vacía mientras se plagaba de luz y de esperanza.
Ecclesia Digital

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