“La misión de los obispos está al servicio de la Iglesia: una Iglesia de todos los pueblos que no se identifica con un sólo país o cultura”: lo ha afirmado el cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado de la Santa Sede, que presidió en la Basílica de San Pedro la ordenación episcopal de monseñor Piergiuseppe Vacchelli.
Monseñor Vacchelli, subsecretario de la Conferencia Episcopal Italiana y presidente del Comité para las Acciones Caritativas para los países en vías de desarrollo, ha sido llamado por el Santo Padre como Secretario adjunto de la Congregación para la Evangelización de los pueblos y Presidente de las Obras Misionales Pontificias.
“Se trata de ir a una Congregación que ha responsabilidad directa sobre 1.1000 diócesis del mundo, 2.000 obispos y todo un ejército de clero y religiosos, para atender la problemática no sólo de la pobreza, sino también de la construcción de una vida crisitana. Es decir, el horizone se agranda”.
De frente a una tarea así de grande, monseñor Vacchelli se muestra con confianza:
“Mientras se trabaja por Dios, Dios está de frente y suple el temor con su gracia”.
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