Hoy, 27 de Julio, la Iglesia se viste de oro para conmemorar a SAN CELESTINO I, en el aniversario de su santa muerte ocurrida el 27 de Julio del 432 en Roma, Italia. Nacido en la Campaña romana, fue Papa, sucesor de Bonifacio I. La Iglesia lo ha considerado entre sus santos inscribiéndolo en el martirologio romano. Unidos, pues, a la Iglesia de Roma y a cuantos con su doctrina y su vida defienden el Evangelio y la doctrina de la Iglesia, brindemos nuestro vivo aplauso a San Celestino, Papa.
Meditación
QUERIDO CELESTINO: recordar tu vida es verte integrando el clero de la ciudad de Roma, en donde manifestabas gran responsabilidad y amor a la iglesia. Bonifacio I estaba al mando de la barca de Pedro, como Papa de la Iglesia. A su muerte, el clero de Roma eligió su sucesor, y esta carga recayó sobre tus espaldas. Cargo que aceptas con humildad y responsabilidad. Tres hechos en tu pontificado nos llaman especialmente la atención. Primero, tu preocupación por el aumento del pelagianismo, herejía que enseñaba que solo la fe y el bautismo eran necesarios para lograr la salvación eterna. Por esto, apoyas la campaña que San Germán de Auxerre emprendió contra esta desviación de la doctrina de la iglesia. También el amor y la esperanza son esenciales para la salvación. En segundo lugar tienes la inspiración de enviar a Irlanda a un gran hombre que más tarde llegaría a ser Santo: San Paladio, quien predicó en este país y así, preparó el camino a San Patricio, que más tarde, convertiría casi milagrosamente a todo el país. Y, en tercer lugar, tu lucha contra la herejía de Nestorio y su condena en el concilio de Efeso, el cual tu presides a través de tus delegados. Nestorio defendía que en Cristo solo se encontraba la persona humana, y por tal María era Madre solo de Cristo solo en cuanto hombre y no en cuanto Dios. Estos fueron los tres grandes regalos que tú dejaste a la Iglesia, como padre, como predicador y como su defensor. Gracias de corazón.
Radio Vaticano
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