
Lima (RD/Patricio Downes).- Jóvenes voluntarios españoles desarrollaron una tarea de apoyo educativo en Manchay, en la periferia de Lima, la capital peruana, con más de 60 mil habitantes, quienes en su mayor parte viven en situación de pobreza y miseria, informó la sala de prensa del arzobispado limeño. La población en su mayoría está conformada por migrantes de la sierra del Perú, que se establecieron hace más de dos décadas, huyendo del terrorismo de Sendero Luminoso. "Con el voluntariado realizado en Manchay cambió mi vida. Creo que es una experiencia que te remueve, conocer una realidad pobre como la de esta zona de Lima", comentó Sara Tamarit Guerola, profesional española responsable del Voluntariado.
Sara, coordinadora de este grupo de estudiantes internacionales de La Salle Centro Universitario de Madrid (España), quien junto con otros siete compatriotas suyos dieron apoyo educativo a la población de Manchay, en el último mes de agosto.
El voluntariado en esta zona de Lima se desarrolla desde hace siete años en mérito a un convenio entre La Salle Centro Universitario y la Parroquia "Espíritu Santo", por iniciativa del cardenal Juan Luis Cipriani Thorne.
"Desde que comenzó el convenio hemos traído grupos de voluntarios, que son especialistas en educación a trabajar en el Centro Educativo Parroquial 'Nuestra Señora del Rosario', pero en esta oportunidad nos hemos abierto a otros colegios y asilos de la zona", señaló la responsable del voluntariado.
Para Mila Sáenz-Bravo González, la labor de voluntariado en Manchay ha sido una experiencia muy gratificante. "Hemos convivido con los niños en el colegio el tiempo que se ha podido y también con los profesores hemos compartido experiencias y conocimientos", dijo.
Por su parte, la voluntaria Verónica Díaz González dijo: "Lo que nos llevamos de Manchay es mucho y creo que nos va a servir para el día de mañana afrontar nuestro trabajo en Madrid, teniendo un visión distinta de lo que es la educación y no desvincular esta experiencia de nuestra vida".
Maribel Carrasco Gómez señala que la gente de Manchay a pesar de que no cuentan con una calidad de vida óptima, dan las gracias por lo que hacen por ellos. "En Manchay no tienen nada y te lo dan todo", dijo.
Maribel agradeció la labor y esfuerzo que realiza en Manchay el Padre José Chuquillanqui, con apoyo del Arzobispado de Lima y del Cardenal Cipriani, "porque se está encargando de la gente que no tiene, de ofrecer una educación a los niños y jóvenes, de darles un trabajo y un futuro, así como de alimentar y atender a los ancianos".
Sara Tamarit Guerola, responsable y coordinadora del grupo, afirmó que cada año el voluntariado en Manchay contribuye a que alumnos y profesionales españoles aprendan a valorar las cosas que tienen y a saber vivir con lo necesario, que es también algo fundamental.
"Esta experiencia de vida, nos ayuda también a ver qué cosas son realmente importantes en la vida de cada uno y a saber que no necesitamos de mil cosas para ser felices, sino del cariño de las personas que nos rodean", concluyó.
Desde 1999, el Arzobispado de Lima con el apoyo de numerosas organizaciones de la sociedad civil nacional e internacional ha llevado a cabo una intensa labor de formación humana y cristiana. A la fecha, se han llevado a cabo numerosos proyectos sociales en rubros tan distintos como salud, educación, guarderías, casas para adultos mayores, asesoría integral contra la violencia familiar, servicio de nutrición para menores así como otros proyectos de desarrollo humano por un valor que supera el millón de euros.
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