En un punto de prensa,el Obispo se reunió con periodistas de algunos medios de comunicación, presentes en la celebración eucarística en la Parroquia del Sagrario, y en el desayuno fraterno compartido en las dependencias de la antigua sede arzobispal en la Plaza de Armas el viernes 14 de mayo.
Posteriormente, en la sala capitular de la Catedral, a las 11:15 horas, respondió a las consultas periodísticas, iniciando el diálogo con la siguiente introducción:
“La Iglesia Universal está celebrando hoy día la 44ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, y en este contexto los comunicadores sociales católicos nos hemos reunido en la Parroquia del Sagrario para celebrar la eucaristía y para compartir fraternalmente. Cerca de un centenar de comunicadores se han dado cita en este encuentro que ya es tradicional en la Iglesia en Santiago y la Iglesia en Chile”.
“Está culminando el año sacerdotal, convocado por el Papa Benedicto XVI el año pasado. Y por eso el lema de esta Jornada Mundial de la Comunicaciones ha querido tener como destinatarios a los sacerdotes: El sacerdote y la pastoral en el mundo digital. Los nuevos medios al servicio de la Palabra. Es decir, al servicio del Evangelio, al servicio de la Buena Noticia del Señor Jesús. Pero es un mensaje universal que está dirigido también a los comunicadores cristianos que quieren reflexionar acerca de su misión y profesión”.
“En ese contexto he accedido a reunirme con ustedes para tratar de dar respuesta o iluminar algunas situaciones que ustedes consideren que son relevantes en el momento actual”.
Diálogo con los periodistas
¿Cómo las nuevas tecnologías ayudan a la misión de la Iglesia?
Nosotros tenemos una red de comunicadores a lo largo de todo Chile. No hay parroquia que no tenga un informativo, ya sea escrito o muchas páginas Web, y estamos en constante red de intercambio de nuestras actividades pastorales. Lo que no es noticia ante la opinión pública es lo que damos a conocer internamente. Son cosas muy concretas. Además, hemos celebrado un segundo encuentro de comunicadores parroquiales de la Arquidiócesis de Santiago y es algo que queremos seguir fomentando. Tenemos que crear opinión pública desde nuestros medios y tenemos que saber informar de la vida de la Iglesia de todos los días.
¿Qué nos puede decir acerca de la investigación en el Arzobispado de una denuncia contra el diácono Hugo Montes
Lo que han dicho las noticias es bastante acertado (respecto a la existencia de una denuncia) y me parece que la familia ha tenido una actitud de mucha colaboración en lo que es la investigación y han señalado expresamente que ellos están abiertos a cualquier consulta que se les pueda hacer en relación al educador y al papá. Ellos tienen un dolor muy grande, pero también mucho temple para decir: si hay algo así, que se investigue.
¿El Padre Hasbún es el promotor de justicia?
Es el promotor de justicia para este caso. Sí.
¿La Iglesia Católica se siente atacada por los medios de comunicación?
No. Yo creo que todas las tesis conspirativas le hacen mucho daño a quien las lanza y en la Iglesia no estamos en esas posturas. Creo que hay que apoyar mucho lo que el Santo Padre está haciendo. Y el otro día lo dijo muy claro a los periodistas en el avión que lo llevaba a Portugal: los grandes obstáculos a la misión nuestra, los grandes problemas que podemos tener hoy día no provienen del exterior, sino que provienen de personas que al interior de la Iglesia han delinquido. Creo que con esa claridad y con esa transparencia debemos trabajar en la Iglesia.
Como pastor, ¿cómo ha sentido el impacto de estos hechos en los fieles?
Me corresponde visitar muchos lugares de la arquidiócesis. Cuando uno habla con claridad, con transparencia y también con sencillez, la gente lo agradece mucho. Los fieles a veces tienen un nudo en la garganta, algo que le aprieta el corazón y es bueno que los pastores le ayuden a formular las problemáticas y de dónde vienen aquéllas. Creo que en eso el Santo Padre ha sido de una claridad impresionante. ¿Qué es lo que viene a decir en el fondo el Papa Benedicto? Viene a repetir lo que dijo proféticamente Juan Pablo II en su momento: “En el sacerdocio no hay lugar para los que abusan de los menores y de los jóvenes”. Así de claro.
¿Qué es lo que usted ve como experiencia en la reacción que ha tenido la familia del diácono Montes y la familia y comunidad parroquial del padre Karadima?
Es un impacto para todos ellos. Los sacerdotes que han hablado de la parroquia del Sagrado Corazón han sido muy honestos y claros. Para ellos es impensable este tipo de acusaciones hacia quien ha sido su padre espiritual. Es cierto, hubo algún laico que arremetió en forma muy brusca contra los medios de comunicación, pero no se puede responsabilizar a la comunidad parroquial.
¿Cómo se compatibiliza que se pida transparencia y, por otro lado, se hable de sigilo, de secreto en la investigación?
Hablamos de reserva, porque hay personas involucradas. Hay personas acusadas y personas que denuncian. Hay veces en que personas cercanas a una eventual víctima hacen una señalación a la curia y después la persona supuestamente afectada no recurre a declarar.
Posteriormente, varios medios de comunicación ausentes en ese punto de prensa, al enterarse de este diálogo, acudieron a la sede del Arzobispado para ser atendidos. Ocurrió a las 13:15 horas.
Ofrecemos parte de ese ulterior diálogo en algunos aspectos no tratados en la mañana.
¿Cómo le afecta a la Iglesia estos casos?
Mucho. Claro que nos afecta mucho. Como señalé en la mañana, produce mucho desconcierto en los feligreses. Los feligreses a veces están con un nudo en la garganta, con el corazón apretado. Es bueno hablar de esto y hablarlo directamente con verdad, con transparencia, utilizando mucha delicadeza por todas las personas involucradas en estos casos. Creo que ayudar a formular lo que estamos viviendo hace mucho bien a la gente. Creo que se exorcizan muchos temores y desconfianzas cuando decimos las cosas por su nombre, pero teniendo siempre el valor de la caridad en medio de ellos.
Durante las últimas semanas se han conocido varias denuncias luego de que se destapara el caso del padre Fernando Karadima ¿Cuál es el llamado que hacen al pueblo católico considerando que muchas personas que han sufrido casos similares? ¿Cuál es el mensaje para ellos? ¿Cómo deben actuar ellos frente a esto?
Estamos aprendiendo. En nuestra arquidiócesis tenemos vicarías especializadas: Vicaría para la Familia, Vicaría para los jóvenes, Vicaría para los universitarios; creo que entre estas tres vicarías debiéramos tener un centro de acogida con personas especialistas en estos temas para que puedan acoger a las personas que puedan sentir o haber experimentado en algún momento de sus vidas que sus derechos estaban siendo lesionados. Ofrecer un especio de acogida espiritual, de acompañamiento psicológico y, por supuesto, no descartando que paralelamente se reciban estos casos, pero ya en sede judicial, aquí mismo en el Arzobispado.
¿En eso se está trabajando?
Lo estamos pensando; creo que es algo que exigen las circunstancias actuales. Como ven ustedes vamos aprendiendo poco a poco en medio del dolor.
¿Le duele a la Iglesia que a lo mejor la falta de celeridad pueda ser vista como un ocultamiento o una protección hacia los supuestos infractores?
Claro que duele. Duele cuando se piensa eso. No hay ocultismo ni secretismo. Hay trabajo con personas y cada persona es un microcosmos. Hay que ver cómo esa persona va reaccionando, las cosas que va pidiendo. Se trata de situaciones tan delicadas como son los abusos sexuales.
¿Esto hace modificar lo que en el pasado, que cuando se recibían estas denuncias no eran llevadas inmediatamente a la justicia ordinaria cuando se trataba de delitos? ¿Eso también lo están analizando en el sentido que cada vez que se reciban este tipo de denuncias hacer el traslado inmediato o la denuncia respectiva al Ministerio Público?
Estamos analizando esa realidad. Hay que estudiar muy bien lo que dice la legislación de la justicia ordinaria al respecto y qué debiéramos hacer nosotros. Pero esos son temas de especialistas y nosotros tenemos equipos de abogados y estudios jurídicos que nos acompañan y aconsejan en este campo.
Fuente: DOP http://www.iglesiadesantiago.cl/
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