De izda. a dcha.) Raquel Martín, responsable del Área de Sensibilización de Entreculturas, Cristina Manzanedo, responsable del informe en España y Leonor Lucila Fdez., madre de tres hijos residentes en Bolivia.
29/04/2010
Con motivo del Día del Trabajo y la celebración del Día de la Madre, Entreculturas ha presentado esta mañana el Informe "Madurar sin padres", que aborda las consecuencias sociales y el impacto de la emigración en los centros educativos bolivianos. El informe se ha elaborado en base a 291 estudiantes de 35 escuelas de Fe y Alegría Bolivia.
Cristina Manzanedo, responsable del informe en Entreculturas, ha desgranado las diferentes partes de este estudio. Por lo que se refiere al impacto de la emigración en los hijos e hijas que se quedan en el país, Cristina Manzanedo ha destacado "el aumento de la vulnerabilidad de los niños y niñas, ya que dentro de los hogares de acogida, los hay que sí proporcionan estabilidad familiar pero los hay que no".
En este sentido ha expuesto que, cuando el padre es quien emigra y la madre se queda, los hogares permanecen estables, no así cuando es la madre quien emigra y los hijos se quedan con el padre, quien "muchas veces no es capaz de asumir el rol de madre y padre y tiene que pedir ayuda a familiares". La segunda consecuencia más destacada es la maduración acelerada a marchas forzadas por los hechos, ya que "muchas veces tiene que asumir responsabilidades domésticas y familiares, adquieren una mayor autónoma y una mayor madurez de efectos no unívocos".
Respecto al rendimiento escolar el informe pone de manifiesto que las calificaciones de los alumnos con padres emigrados son ligeramente inferiores respecto a la media de su curso. En este aspecto, hay que añadir dos matices: "El primero es de género, ya que el rendimiento de las niñas con padres emigrados es incluso superior a la media del curso, y el segundo, por el tiempo de migración de los padres. Si es verdad que el primer y segundo año de la emigración de los padres el rendimiento disminuye, con el transcurso del tiempo recuperan su nivel", explica Manzanedo.
El informe concluye con las medidas que han tomado las escuelas en Bolivia para abordar este tema. Si hasta ahora las escuelas han apostado por una estrategia social compensatoria, es decir, solicitar la presencia de expertos externos a la escuela, el informe propone abordar la emigración desde el campo educativo, aprovechando las experiencias vitales de los alumnos. Por otra parte, el estudio también pone de manifiesto la necesidad de mantener la comunicación entre padres e hijos, por el bien de ambas partes. Finalmente también se ha puesto sobre la mesa la necesidad de incorporar a la escuela nuevos modelos familiares, abordando la migración no como un problema sino como un proceso, y a la vez teniendo en cuenta la educación en igualdad de género, para que repercuta en un reparto más equitativo de las tareas dentro del nuevo hogar.
Leonor Lucila Fernández, boliviana, madre de dos hijas de 22 y 9 años y un hijo de 15, ha explicado en primera persona su proceso y decisión de migrar de Bolivia a España y cómo se vive la distancia con los hijos: "Llevo ya casi seis años en España sin ver a mis hijos, es una realidad muy dura tanto para los padres como para los hijos". Leonor también ha contado cual ha sido el proceso vivido por sus hijos: "Maduran muy rápido, te dan conversación de persona adulta. La niña mayor se hace cargo de los otros dos, es quien lleva la carga familiar, y el niño a veces hace de padre con la pequeña de nueve años".
Según el informe, la manera de adaptarse a la situación es más sencilla cuando los padres, a pesar de la distancia, también colaboran en ese proceso de readaptación de sus hijos. "La tecnología ayuda mucho a los padres y madres inmigrantes, tienes más tiempo para hablar, ves cómo evolucionan físicamente, es más económico y puedes hablar todos los días con ellos", ha asegurado Leonor.
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