Sunday, December 09, 2012

Juan Bautista, profeta de nuestro Adviento




Somos católicos por costumbre y tradición


Si no hay 'cambio de vida' ... 'no habrá perdón de los pecados'


(Eugenio Pizarro Poblete).- El llamado a la conversión de Juan Bautista es a una conversión radical de cambio de conducta personal. Pero no se queda sólo en eso, hay un llamado urgente y necesario a una conversión del pecado social.
Llama a 'cambiar la manera de vivir para que se nos perdonen los pecados'. Hay que 'enderesarse. Hay que 'rellenar' nuestro vacío de vida interior. Hay que 'aplanar' y abajar nuestro nuestro 'cerro' de orgullo y soberbia. Hay que cambiar nuestra vida, a veces muy chueca, porque es como 'caminos con curvas', muchas veces 'ásperos'. Se trata de una conversión concreta y no de buenas intenciones solamente. Hay que 'mostrar frutos de una sincera conversión': hechos y no palabras.
Hay un dicho: si uno no actúa como piensa termina pensando como actúa. Creo que se trata de un llamado a dejar de ser "cristiano a su manera". Muchas veces nos hemos instalados con ciertas costumbres, estilos de vida mediocres. Nos hemos acomodado a ser un conservador y tradicionalista en nuestro ser cristiano.Somos católicos por costumbre y tradición familiar.  Tal vez pensamos distinto... aceptamos las exigencias de un seguimiento de Jesús. Pero sólo es un pensar. No hay un actuar acorde con el pensamiento. Y terminamos vegetando como cristianos o católicos: 'yo nací católico, lo soy por tradición y familia'. ¡Nó! 'Porque yo les aseguro que, de estas piedras, Dios puede sacar hijos de Abraham. Ya llega el hacha a la raíz de los árboles: todo árbol que no dé fruto va a ser cortado y echado al fuego'. Se trata de un Juan Bautista, profeta con valor, pobreza radical y vida de oración en concreto.
Su llamado a la conversión es vivido personalmente. Él Bautista encarna al "convertido" que llama a otros a la conversión.
La conversión no consiste sólo en buenas intenciones o convicciones. Lo real de la conversión es 'cambiar la manera de vivir'. La conversión debe pasar a los hechos, a decisiones concretas. A menudo caemos en "idealismos" de creer que vivimos lo que pensamos; pensamos que estamos realizando aquello que decimos. Estamos acostumbrados a hablar de cosas que no vivimos. El realismo del profeta es 'cambiar de vida'.
Pero este llamado profético a un realismo concreto no se queda en lo meramente "privado".  Es un llamado claro a la conversión a Dios y a los hermanos. Convertirnos del pecado personal y social.
No hay conversión cristiana sin que nuestro compromiso de 'cambio de vida' no vaya también y con urgencia a trabajar, con un amor eficaz, por crear condiciones, en nuestra sociedad, para que los demás puedan cambiar de vida (Puebla 1145).
El sistema injusto de nuestra sociedad: "pecado social", que mantiene a hombres y mujeres en condiciones subhumanas y de escandaloso privilegio de unos pocos privados, resultado de una economía perversa y concentradora de poder y riqueza (Economía Privatizadora), impide a unos y a otros, a muchos y pocos, la libertad necesaria para 'cambiar de vida' y poder ver 'la salvación que Dios trae'.
Entonces, no se trata sólo de una conversión 'privada'. Sobre todo cuando hoy, prima la cultura de los privados que secuestran a una mayoría; de una cultura de las privatizaciones, que empobrece al 80% de hombres y mujeres en el mundo.
El sistema injusto, perverso y acumulador en pocas manos, mantiene a millones de hombres y mujeres: adultos, ancianos, jóvenes y niños en condiciones de pobreza e indigencia.
Es decisiva la respuesta de Juan Bautista, cuando se le pregunta en nuestro Adviento: "Maestro qué tenemos que hacer?". "No cobren más de lo debido". "No abusen de la gente... "El que tenga dos capas dé una al que no tiene, y quien tenga que comer haga lo mismo". Es un llamado a la conversión hacia los demás. Es una crítica a la sociedad y una exigencia a trabajar 'cambiando de vida', haciendo Reino; haciendo una sociedad justa, fraterna y solidaria.
Este llamado a la conversión, en este Adviento, nos encuentra en plenas luchas y ambiciones de poder de los políticos y sus partidos en ambiente de futuras elecciones de presidente, de diputados y senadores. Somos ciudadanos con derecho y deber cívico a votar y tambíen: el voto por ley es voluntario. ¿Por qué no a no votar en conciencia ética y evangélica? Hay que preguntarse: ¿Hay planes y programas de candidatos en concordancia ética con llamado recibido 'a cambiar de vida', a cambiar la sociedad con "pecado social"?
Termino: creo que repitiendo algo que dije alguna vez: "Una comunidad capitalista no tiene derecho a la Eucaristía porque está creando un monstruo que no podrá ser absorbido por la comunidad.
Se trata de "ese capitalismo salvaje, duro e inhumano que afecta y destruye a tantos sectores del mundo.
Aquel que apoya esta crueldad vive en pecado mortal por la injusticia que comete contra los pobres".
En Chile se vive esa economía globalizada. Está sustentada por una Constitución que no tiene autoridad moral. Fue impuesta por dictadura con un plebiscito mentiros y fraudulento. Políticos no cambian la Constitución. Tenemos un Estado de Derecho que se fue fraguando en dictadura, con institucionalidad ilegítima, impuesta a sangre y fuego. Después de más de 20 años políticos actuales y sus partidos han seguido, en la práctica política, "legitimando" lo ilegítimo. No ha habido voluntad política de cambiar herencia de dictadura, más bien se ha administrado esa herencia. Y estos responsables siguen haciendo elecciones y postulándose al poder para seguir haciendo más de lo mismo. El pueblo está diciendo ¡basta! En elecciones Municipales votó sólo el 33%. Algunos superficialmente y no escuchando el clamor del pueblo hablan de falta de deber cívico y patriótico de los que no votaron. Eso es mentira. Nadie puede imponer en conciencia: sagrario inviolable, un "deber cívico y patriótico" que va contra su conciencia. Si no hay un cambio de políticos y partidos con planes y proyectos de un país con 'futuro esplendor' yo seguiré no votando y llamando a una conversión concreta de la política institucional política, económica, social: en salud en educación, en plan laboral, trabajo, vivienda y en todo derecho humanos, por una vida digna para los chilenos.
Si no hay 'cambio de vida' ... 'no habrá perdón de los pecados' y 'no se verá la salvación que Dios trae'. No habrá un Adviento verdadero. Estoy escribiendo especialmente a los hombres y mujeres creyentes. Así sea.
RD

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