Saturday, March 09, 2013

El llamado de los cardenales: «El Vaticano tiene que cambiar»



Reformas y relaciones con los obispos, los temas compartidos de manera transversal

ANDREA TORNIELLICIUDAD DEL VATICANO

Colegialidad y reforma de la Curia. Nunca antes tantos cardenales habían pedido un cambio de dirección en la gestión de la «máquina» curial vaticana.

Ni habían afrontado el tema de la organización de los dicasterios, de su coordinación, del contacto con las conferencias episcopales. Y esto significa que el nuevo Papa, sea quien sea, difícilmente podrá ignorar estas indicaciones, que son consecuencia de las distintas experiencias poco positivas que han vivido durante los últimos años las relaciones entre Roma y los obispados.

La discusión en torno a este tema ha sido franca pero fraterna. Algunos purpurados de peso han afrontado sin rodeos la cuestión, tanto solicitando información sobre el dossier “Vatileaks” como hablando de la necesidad de un cambio de rumbo en la gestión de la Curia y de la Secretaria de Estado con respecto al último periodo. Las respuestas a la primera solicitud no han sido exhaustivas, porque el Papa Ratzinger ha establecido que la «Relatio» preparada por los purpurados Herranz, Tomko y De Gregori sea entregada a su sucesor.

Las tres eminencias que llevaron a cabo la investigación han ofrecido cierta información a los cardenales que pedían explicaciones. En cuanto a la Curia, tanto antes como después de la presentación de algunas propuestas por parte del cardenal Coccopalmerio, otros purpurados dijeron que consideran que ya no puede ser aplazada la reforma que Benedicto XVI, al margen de la ceremonia del Miércoles de Ceniza, dijo que no había conseguido realizar.

Intervenciones en este sentido, a favor de una gestión diferente de la Curia y de algunas reformas, han llegado por parte del alemán Walter Kasper, del austriaco Christoph Schönborn, del húngaro Péter Erdö, del peruano Juan Luis Cipriani Thorne, del francés André Vingt-Trois, del español Antonio María Rouco Varela, del hindú Ivan Dias, del esloveno Franc Rodé. La exigencia de un cambio de dirección, de mayor colegialidad, de un Papa menos aislado y menos “protegido” por la Secretaria de Estado son elementos que pesarán en el Cónclave.

Algunos purpurados, como Camillo Ruini y Stanislaw Dzwisz, han tratado de trazar un “perfil” del futuro Papa, mientras otros han hablado de manera más general de la naturaleza de la Iglesia, como Angelo Scola, o del tema de la verdad, como Angelo Bagnasco.

Ayer, durante la octava congregación general, los cardenales afrontaron muchos argumentos: el diálogo interreligioso y, particularmente, con el islam, tema que ya había afrontado desde el lunes un cardenal africano que habló en términos realistas, lejanos de visiones idílicas.


También hablaron sobre los desafíos de la bioética, que forma parte de los desafíos «sociales», como indicó Benedicto XVI en la encíclica «Caritas in veritate». Hablaron de la Nueva Evangelización y del «anuncio gozoso del amor y de la misericordia de Dios», de una Iglesia que se acerque a las personas. Estos temas fueron afrontados sobre todo por el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio y el cardenal Crescenzio Sepe.


El viernes 8 de marzo, los cardenales también afrontaron el tema del papel de las mujeres en la Iglesia: un argumento sobre el que había hecho declaraciones el cardenal italo-argentino Leonardo Sandri. Y también ayer se habló de la importancia de los laicos en la Nueva evangelización, argumento tocado de manera particular por el cardenal portugués José Saraiva Martins. Otros temas recurrentes han sido el de la justicia y el de la lucha contra la pobreza, además de una mayor presencia de la Santa Sede en el escenario internacional.

La «obra» de la Nueva evangelización, herencia de Benedicto XVI, sigue siendo fundamental, por lo que no es necesario –para usar la expresión del historiador Alberto Melloni– un Papa «sheriff» ni un Papa «manager». Lo que hace falta es un Papa pastor, que sepa mostrar el rostro sonriente y misericordioso de Dios a las mujeres y a los hombres contemporáneos. Y que pueda, con colaboradores adecuados, renovar el rostro de la Curia Romana y garantizar mayor colegialidad.

Tras casi una semana de encuentros, las propuestas van tomando cuerpo y las candidaturas se van consolidando. Sin embargo, algunos purpurados todavía tienen la impresión de encontrarse ante un Cónclave que no serán sencillo. Por lo tanto, parece difícil que pueda repetirse el «milagro» de la elección del nuevo Papa en tan solo 24 horas.

Vatican Insider

No comments: