Entrevista con el cardenal elector venezolano Jorge Urosa Savino: “promover la renovación interna de la Iglesia”
ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZCIUDAD DEL VATICANO
Es tiempo de paz y reconciliación. Es el mensaje enviado por el cardenal Jorge Urosa Savino al pueblo de Venezuela tras la muerte de Hugo Chávez Frías. La noche de este viernes 8 de marzo el arzobispo de Caracas celebró en Roma una misa en sufragio por el alma del presidente. Al final de la celebración aseguró a la prensa que es la hora del perdón para su país, no del rencor.
¿Teme que se desate un conflicto violento tras la muerte de Chávez?
Nosotros tenemos el país muy polarizado, existen posiciones muy encontradas y es necesario que todos los conflictos se resuelvan pacíficamente. Orar por la paz siempre es necesario, la paz debe ser construida todos los días en el respeto a los demás, en el reconocimiento mutuo y siempre dentro del marco de las leyes, de la Constitución. La Iglesia es madre y quiere el bien de todos sus miembros, sin distinción. En sus momentos difíciles (como su encarcelamiento en 1992) el presidente Chávez tuvo el apoyo de obispos venezolanos que lo protegieron y lo ayudaron a salvar su vida. Eso es muy importante recordarlo.
¿Será la oportunidad para dar vuelta la página a un pasado reciente de conflictos entre la Iglesia y el gobierno?
Nosotros tenemos que mirar hacia adelante y buscar el consenso, la paz, el entendimiento, la comprensión y el progreso. No se consigue el desarrollo de un país con actitudes de enfrentamiento permanentes. Por eso debemos trabajar todos por la paz.
Pero Chávez fue anticlerical y persiguió a la Iglesia.
Como dije vamos a ir hacia adelante y a buscar el bien del país.
La Iglesia perdona…
Una de las verdades de fe es el perdón de los pecados por parte de Dios nuestro señor, pero también recordemos que si no perdonamos a quienes nos hayan podido ofender no seremos perdonados. El perdón es fundamental para el cristianismo. Nos sirve para ir adelante y no estar constantemente recordando el pasado.
El martes iniciará el Cónclave, ¿qué expectativa tiene?
La expectativa es que nosotros, en pocos días, podamos con la ayuda de Dios y abiertos al espíritu santo elegir al Papa que Dios quiera, para que conduzca el timón de la Iglesia en los próximos años. La actitud de los cardenales es esa, muy distinta de aquello que alguna prensa, un poco amarillista, ha querido transmitir. Es una actitud de búsqueda de la inspiración de Dios, de apertura, de diálogo, de búsqueda de consensos.
¿Cree entonces usted que el Cónclave será corto?
Yo deseo un Cónclave corto, pero no sabemos aún cuánto durará. Ojalá sea corto.
¿Un latinoamericano tendría chances de convertirse en Papa?
No lo podemos descartar, existe un gran número de cardenales latinoamericanos con una gran trayectoria y personalidad. Por lo tanto todo es posible. Lo importante no es de dónde venga el Papa sino que tenga la actitud de servir a Dios, de unirse a Jesucristo y de trabajar por la difusión del evangelio.
¿Cómo ha trabajado el Colegio cardenalicio durante el “pre Cónclave”?
En armonía. El ambiente que existo no es el descrito por algunos medios, se vive el encuentro, el diálogo, la apertura, la franqueza y la concertación. Creo que ese es el ambiente eclesial. Los foros de la Iglesia son muy distintos a aquellos de los políticos.
Pero en sus reuniones también han abordado los problemas de la Santa Sede.
En estas congregaciones hemos tocado una serie de problemas que existen en la Iglesia y en el mundo, se tocan con franqueza porque esas dificultades evidentemente existen y deben ser resueltas. Todos queremos resolverlos.
¿No existe insatisfacción de algunos cardenales sobre los reportes dados respecto de los problemas de la curia o el “vatileaks”?
La mayoría de los cardenales estamos muy satisfechos con la explicación que se ha dado y creo que esa imagen fantasmagórica de la curia es absolutamente falsa. Esa percepción un tanto tétrica es muy injusta para con esa gran cantidad de sacerdotes, religiosos, religiosas, obispos y cardenales que allí trabajan. Ciertamente la curia es un organismo de gobierno y humano, pero tiene una gran competencia para ayudar al santo padre. Pero afuera se quiere ver como si estuviésemos en los partidos políticos, ese no es el ambiente de la Iglesia.
Y Benedicto XVI, ¿no quiso mandar una señal sobre estos problemas con su renuncia?
Debemos entender exactamente lo que el Papa dijo, que estaba muy cansado y que no tenía el vigor necesario. En un gesto de gran humildad, valentía y amor a la Iglesia dimitió. Eso engrandece su figura. Yo no le buscaría cinco pies al gato.
¿Qué esperan los purpurados del futuro pontífice?
Los cardenales queremos que exista una Iglesia renovada y que el Papa impulse esto, que sea un hombre de Dios, un profeta de Jesucristo capaz de promover la renovación interna de la Iglesia y le asegure presencia más viva en el mundo.
Vatican Insider
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