Esos pequeños grandes signos de inicio de pontificado del obispo de Roma
¿Qué poder tiene el Papa? ¿De qué poder se trata? Se trata del poder «del servicio». En pocos días de pontificado, y hoy con la misa de inicio oficial de su servicio, Francisco ha ya dado señales precisas e importantes sobre el futuro. Ayer en la Casa Santa Marta el nuevo Papa se detuvo en una larga y cordial entrevista con el patriarca de Constantinopla Bartolomé I.
Hasta ahora, en sus discursos e intervenciones, el Papa Bergoglio nunca se ha definido como Papa o Sumo Pontïfice, siempre como obispo de Roma. Está decisión comprende un mensaje preciso, tanto en el sentido de la colegialidad episcopal, como en el sentido del ecumenismo.
Un Papa que considera principal su misión de ser obispo de Roma, y por ello «presidir la caridad», es una fuerte señal hacia los «hermanos separados» de Oriente.
Las alusiones y los acentos sobre la ternura, respecto a los cuales ha insistido el nuevo Papa en la homilía de la misa de esta mañana trazando un retrato de San José, no pueden inducir a engaño. Bergoglio es un hombre simple, que habla de la ternura y la misericordia de Dios, que quiere una Iglesia de «proximidad», capaz de plegarse a las miserias del hombre, de servir de ayuda a los hombres y a las mujeres. Pero precisamente este ser sí mismo, no tiene que ser confundido con debilidad.
«Ecclesia semper reformanda», la Iglesia siempre se reforma, y el ejemplo de Francisco, todavía antes de ninguna decisión suya de cambio, puede ya poner en práctica un proceso de autorreforma. Si el Papa actúa así, si se comporta así, esto invita y atrae a todos en la Iglesia a seguirlo. El pueblo de los fieles tiene ante sus ojos ese estilo episcopal y mirará a sus pastores, con la esperanza de ver reflejada esa sobriedad.
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