Tuesday, March 19, 2013

La emoción del padre Pepe y los curas villeros en la Plaza de Mayo



Mira la pantalla con gesto perdido. No entiende el discurso en italiano, pero sí los gestos, la calma en las palabras. Reconoce entonces el mensaje. Es idéntico al que tantas veces recibió entre los pasillos de su barrio, de su villa. Ese Papa, al que define como "un amigo"y que hoy acapara la atención del mundo entero, es Bergoglio. O Jorge. O "El Cuervo". Ese con el que tantas veces charló en la calle, después de misa o en algún retiro espiritual.
Rafael tiene 26 años y vive en la villa 21-24, en Barracas. Junto con sus amigos de la parroquiapasó la noche en la vigilia de la Plaza de Mayo y esta mañana celebró, después de una noche de inmensa alegría, la asunción de Francisco en el Vaticano. En un rincón, al lado de la Pirámide, sigue la ceremonia junto a varios curas "villeros".
A dos metros de Rafael, José María Di Paola, el "Padre Pepe", uno de referentes sociales en barrios marginados, también observa la asunción y reflexiona: "Una de las enseñanzas que nos dejó el nuevo Papa es que el centro de la ciudad no es este. No es la Plaza de Mayo. "El nos enseñó que el centro es la periferia. Las villas. Los lugares donde la gente está excluida. Esperamos que las cosas lindas que hizo acá se empiecen a hacer en la iglesia católica en todo el mundo".
Rafael sabe perfectamente de lo que habla Pepe. Su llegada a Buenos Aires, en 2008, coincidió con su iniciación en el paco, del que todavía hoy intenta escapar. Bergoglio, el centro de recuperación Hogar de Cristo y sus compañeros de la parroquia Nuestra señora de Caacupé ayudan muchísimo. Desde hace tiempo, la fe mueve su vida.
Jorge, Florencia y Rafael pasaron la noche en la Plaza de Mayo. Foto: LA NACION / Ezequiel Muñoz

"PARECE UN SUEÑO"

"Estuvimos en la vigilia toda la noche. Con oración, con canto, con celebración. Ahora está amaneciendo y parece que uno se despierta de un sueño, pero es realidad", confiesa emocionado el padre Gustavo Carrera, referente de la villa 1-11-14 de Flores.
Trata de identificar conceptos en el discurso de Francisco y analiza: "Sus dichos se apoyan en el fundamento de su preocupación real sobre las personas que son víctimas de algún tipo de explotación. Son palabras que tienen un testimonio detrás. Y me parece que eso se va percibiendo. Eso entusiasma".
A un costado, Rafael escucha atento. Está ahora acompañado por Florencia (17), su amiga del colegio y compañera en la parroquia, y por Jorge, otro militante de la causa. Desde su silla de ruedas, Florencia sigue atenta lo que muestra la pantalla y no puede creer que el nuevo Papa sea ese hombre que tantas veces se cruzó en la 21-24. "Es que para nosotros no es un Papa, es un amigo", confiesa entre risas.

"CUÍDENSE ENTRE USTEDES"

Otro cura conocedor de los angostos pasillos de la villa celebra la asunción y cuenta cómo impacta en su gente la aparición de un Papa tan cercano.
"A los chicos con lo que trabajamos, Francisco los guió en un retiro espiritual. Lo conocen de primera mano. Los chicos vibran con la fe y la devoción al Papa es muy popular. La gente sencilla le tiene muchísima devoción al Papa", señala, y agrega: "Cuando habló hoy por teléfono dijo lo mismo que dijo después en la homilía. "Cuídense, cuídense entre ustedes". Fue una imagen linda de él y de toda la misión cristiana.
La misa termina y, de a poco, los fieles comienzan a abandonar la plaza entre sonrisas y satisfacción. Curas, chicos y grandes regresan a sus barrios. Rafael, con sus pantalones rotos y su campera de AC/CD, camina despacio hasta uno de los colectivos que lo revolverán a casa. Va en paz. Sabe que todavía queda mucho camino por recorrer.
La Nación


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